Normalmente la sociedad tiene una idea muy equivocada de lo que es tener discapacidad y que es vivir con ella. 

Supongo que el problema principal es que se suele pensar en los beneficios olvidando la discapacidad en sí.

Con el tiempo he aprendido a asumir mi discapacida y mis limitaciones, pero también he aprendido a ver todo aquello que NO me limita.

En más de una ocasión, os he hablado de lo que significa la accesibilidad, que en definitiva son una serie de adaptaciones (no todas son físicas) para suplir la carencia de tiene la persona con discapacidad, para que pueda estar en igualdad de condiciones.

Es decir, si existe una rampa en lugar de una escalera, una persona que va en silla de ruedas podrá realizar el mismo desplazamiento con la misma autonomía que la persona que no necesita de ella.

O si por ejemplo se colocasen en todos los establecimientos un bucle magnético, los usuarios de audífonos podrán escuchar con mas fluidez como les ocurre a las personas sin discapacidad auditiva.

El cuento que me contaron

Así que en este artículo os hablaré, con un toque de humor e ironía, de la accesibilidad, y de lo necesario que es hacer un buen uso de ella para que las personas que lo necesiten estén en igualdad de condiciones e independencia.

Porque cuando tu vida da un giro de 180º y te encuentras tanto con un hijo con discapacidad,  o tú mismo con una discapacidad, te cuentan un cuento que no tiene el mismo final feliz que mi cuento. 

La gente cuando me ve me suele contar diferentes cuentos, que posiblemente alguno de vosotros hayáis escuchado hablar, como ocurre con el cuento de la suerte que tengo por tener la discapacidad. 

Supongo que se refieren a ese cuento donde tienes descuento en el IVA  de cuando te vas a comprar un coche.

Lo que no te cuentan es que se trata de un coche adaptado con ciertas caracter, que he tenido que comprar, por tener mi discapacidad. 

También me habían contado el cuento de la reserva de plazas en las oposiciones.

El cuento cuenta cómo es muy fácil sacarse unas opciones y obtener plaza, lo que no te cuentan es que posiblemente no puedas ocupar esas plazas.

Porque los puesto de trabajo no son compatibles, o no están adaptados a las necesidades de tu discapacidad. 

Asi que ese cuento posiblente termine con una persona que no encuentra trabajo. Por ejemplo con diseñador grafico, el cual tiene problemas de visión.

Seguramente esté mas capacitado que tu o que yo, y puede desenpeñar perfectamente ese puesto de trabajo, pero limitando las horas de exposición en pantalla.

Si no existe esta adaptación, que es lo que suele ocurrir, no servira de nada que haya unas plazas reservadas para unas oposiciones.

¿Y has oído hablar del cuento del cine más barato? Todos mis amigos se lo saben, pero ninguno ha escuchado el final.

¡Shhh! no es por hacer spoiler, pero el cuento termina con una persona con tortícolis, por tener que ver la peli en la fila cero.

Ni siquiera puedes disfrutar de la película con tus acompañantes a tu lado, ya que el sitio de esas entradas suelen estar delante de todos los asientos.  

Pero puede que uno de los cuentos más famosos sea uno de fantasía y de poderes mágicos.

Ese cuento habla de que si posees un trozo de cartón azul, ya sea fotocopiado, de tu vecino o dibujado por tu sobrino y lo pones en el salpicadero del coche encontrarás automáticamente aparcamiento, como si de magia se tratase. 

Pero el cuento real habla que no todas las tarjetas valen, las de verdad te las tienes que ganar, y eso lo consigues canjeándolas por tu capacidad de moverte con normalidad ( de por vida ). 

El cuento real también cuenta que tan solo tendrás ese privilegio en el 2% del total de las plazas, el resto tendrán un espacio tan reducido que no podrás sacar tu silla de ruedas o muletas.  

Y para conseguir tu 2%  tendrás que luchar constantemente con el dragón de los 5 minutitos.

El cual se alimenta de esos sitios con excusas tontas como las de es que no había nadie, ha sido solo un momento, siempre aparco y no pasa nada o es que vengo a recoger a mi suegra que no puede andar. 

Anda, ya se me olvida el cuento de la dependencia, ese cuento que todo el mundo quiere, el que cuenta que viene una señora a tu casa y te lo hace todo mientras tu te vas de paseo.

Madre mía lo que hay que escuchar. El cuento que a mi me han contado es de una ayuda de un parde horas al dia para ayudarte a comer, vestirte lavarte, comprar o mantener la casa limpia.

Un par de horas que se quedan ridículas por ejemplo cuando una persona tiene ELA, la cual necesita atención 24h del día  7 días  a la semana.

Existen un montón de cuentos más, con lo que seguir todo el día, pero creo que mi objetivo a quedado claro, y es el de hacer ver la cencesidad de esas ventajas de las que todos hablan de cuando tienes discapcidad.

No son ventajas, con unas pequeñas ayudas para poder estas en igualdad de condiciones con el resto, y no hay que olvidad que esa ventaja o beneficio viene acompañado de una carencia.

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