Hola Titánicos, cada tercer viernes de octubre se celebra el día mundial de concienciación del Trastorno del Desarrollo del Lenguaje o TDL , anteriormente denominado Trastorno Específico del Lenguaje o TEL.
Siendo un trastorno del neurodesarrollo que afecta a la adquisición del lenguaje en la infancia, antes de los 4 años de edad, que puede prolongarse hasta la adolescencia y con posibles secuelas que persisten hasta la edad adulta
Este trastorno afecta aproximadamente al 7 % de los niños, siendo más común en varones que en mujeres.
Un trastorno que no hay que obviar puesto que si no se trata correctamente y a tiempo puede acarrear múltiples problemas en la vida adulta.
A día de hoy se sabe que a los dieciséis años, el 40% de las personas con Trastorno del Desarrollo del Lenguaje TDL ya tiene dificultades para interactuar con los compañeros.
Desde el año 2017. cada tercer viernes de octubre se celebra, en más de 40 países de todo el mundo, el Día Mundial de Concienciación sobre los Trastornos del Desarrollo del Lenguaje.
Y es que 1 de cada 14 niños, en edad escolar, padece trastorno del desarrollo del lenguaje, también conocido como TDL, tratándose de una patología bastante desconocida entre la población.
Algo que afecta muy negativamente al niño, ya que al no conocerse, no se trata y al no tratarse puede tener secuelas que perduren en la edad adulta.
Es por ello que Desde Somosdisca queremos sumarnos a este día de visibilidad y concienciación para poner nuestro granito de arena, dando a conocer las características de este trastorno del desarrollo, y detalles con los que te serán más fácil detectarlo y poder pedir ayuda.
El trastorno del desarrollo del lenguaje o TDL es una condición neurológica que incide en el desarrollo de las habilidades del lenguaje (comprensión y capacidad para expresar ideas y pensamientos).
Antes era conocido como trastorno específico del lenguaje (TEL), expertos de la Universidad de Oxford llegaron a la conclusión que dicho término no reflejaba con exactitud dicha patología.
Puesto que se ha observado que una gran parte de los niños que lo sufren también presentan dificultades en otras áreas como la memoria, la atención o, incluso, el desarrollo motor.
Las dificultades especificas del lenguaje y aprendizaje:
Las Dificultades específicas del lenguaje y del aprendizaje reagrupa los trastornos llamados “DIS”: dislexia, dispraxia, así como ciertas manifestaciones inducidas por estos problemas como la discalculia, disgrafía, disfasia o la disortografia.
Para entender mejor lo que son los trastornos DIS empezaré explicando lo que significa la palabra DIS que proviene del griego DIS= Difícil.
Son trastornos del aprendizaje que sufren 1 de cada 10 niños, lo que significa que el 6% y el 8% de la población sufre algunos de estos trastornos.
Y es que las cifras son bastante elevadas, ya que cada aula española tiene al menos dos niños con trastornos de aprendizaje
Siendo los más frecuentes la dislexia, que afecta a entre un 5% y un 17% de los niños, y la hiperactividad, con una incidencia de entre un 8% y un 12%.
Cifras que dejan clara la importancia que tiene ella adoptar las medidas necesarias cuanto antes, ya que el diagnóstico precoz es fundamental para evitar otros problemas al alumno.
Ya que los niños con este tipo de trastornos tienen un alto riesgo de fracaso escolar, a pesar de su esfuerzo, y como consecuencia de ello sufren trastornos depresivos y de ansiedad.
Generalmente las dificultades específicas del aprendizaje van unidas a varios tipos de aprendizaje escolar, ya que se trata de problemas de tipo cognitivo.
Por lo que es aconsejable un diagnostico temprano por parte del pediatra para comenzar un tratamiento de atención Temprana de acompañamiento por distintos especialistas como pueden ser: los logopedas, psicólogos, psicomotricistas, terapeutas ocupacionales…
TIPOS DE TRASTORNOS DIS:
Dislexia:
La dislexia es un trastorno del aprendizaje de la lecto-escritura, de carácter persistente y específico, que se da en niños que no presentan ninguna discapacidad físico, psíquica o sociocultural y cuyo origen parece derivar de una alteración del neurodesarrollo.
Así pues, la dislexia es caracterizada por la falta de precisión y fluidez a la hora de leer, y dificultad en el reconocimiento de palabras escritas y por un déficit en las habilidades lectoras y deletreo.
Estas dificultades son consecuencia de un déficit en el componente fonológico del lenguaje y se presentan de manera inesperada ya que el resto de las habilidades cognitivas se desarrollan con normalidad.
La dislexia es Trastorno DIS más común del mundo, ya que se estima que un 10% de la población tiene dislexia. Lo que supone más de 4,6 millones de españoles y 800.000 niños en las aulas de nuestro país.
Los niños con dislexia manifiestan de forma característica dificultades para recitar el alfabeto, denominar letras, realizar rimas simples y para analizar o clasificar los sonidos.
Además, de una gran dificultad con la lectura caracterizada por su lentitud, vacilaciones y su falta de comprensión lectora.
Pero la dislexia, es mucho más que tener dificultades en la lectura y en la escritura, ya que existen problemas de compresión, de memoria a corto plazo, de acceso al léxico, confusión entre la derecha y la izquierda, dificultades en las nociones espacio-temporales…
Debemos tener en cuenta que no existen dos personas con dislexia idénticas, y por tanto, cada caso es único y no tiene por qué presentar la totalidad de los síntomas.
Dispraxia:
La dispraxia es uno de los Trastornos DIS más frecuentes pero a si vez menos diagnosticados, por eso es importante saber detectarlo.
La praxia es la habilidad de ejecutar un movimiento, de forma que cuando caminamos, nos vestimos o hacemos cualquier actividad de tipo motor hacemos uso de esta habilidad.
Así que, como podéis ver, las praxias son una parte muy importante de nuestro día a día, cualquier acción que queramos realizar implica esta habilidad.
Actividades tan sencillas e importantes como sonreír o hablar son capacidades que necesitan de estas habilidades para ser llevadas a cabo y que las personas con dispraxia no pueden realizar de forma sencilla.
Las personas desde que nacemos adquirimos algunos gestos, los cuales los convertimos en gestos automáticos, y los realizamos de forma espontánea.
La dispraxia es un trastorno que impide la coordinación y la planificación de estos gestos.
De forma que el niño con dispraxia es muy difícil que adquiera estos automatismos. Para que se entienda, es como si debiera volver a aprenderlos sin cesar.
Para él, escribir, por ejemplo, le exige tal esfuerzo que le dificulta utilizar sus recursos intelectuales para otros aspectos del lenguaje escrito (comprensión, síntesis, ortografía).
Lo que se convierte en una falta de confianza en sí mismo del niño, junto con una desmotivación e indiferencia en escuela y las asignaturas.
Disgrafía:
La disgrafía es uno de los trastornos cuyos efectos se notan de inmediato en el desarrollo del niños, ya que tiene que ver con las dificultades a la hora de realizar una de las acciones más útiles hoy en día: escribir.
Cuando un niño sufre disgrafia, significa que presenta dificultades para escribir bien, ya sea por cuestiones de ortografía, caligrafía o ambos problemas a la vez.
Los síntomas más comunes son:
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Problemas de acentuación y puntuación
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Caligrafía ilegible con una mala gestión de los espacios entre palabras, frases…
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Problemas gramaticales; sustitución de letras, uniones extrañas…
La disgrafía es un trastorno del aprendizaje consistente en ciertas dificultades de coordinación de los músculos de la mano y el brazo, lo que impide a los niños afectados dominar y dirigir el instrumento de escritura (lápiz, bolígrafo, rotulador…) de la forma adecuada para escribir de forma legible y ordenada
Disortografía:
La disortografía, aunque a veces es considerada como disgrafía disléxica, es un trastorno específico de la escritura que debe tratarse como una entidad aparte.
El niño que lo padece comete constantes errores en la escritura, sobre todo faltas ortográficas, pero no tiene dificultades de lectura.
Las dificultades residen en la asociación entre sonido y grafía o bien en la integración de la normativa ortográfica, o en ambos aspectos.
Hay cuatro tipos de faltas de ortografía
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Las faltas referidas a la trascripción puramente fonéticas de la formación del lenguaje hablado
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Las faltas de uso que varían según la complejidad ortográfica de la lengua, cuando las palabras se sobrecargan de letras no pronunciadas
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Las faltas de gramática
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Las faltas referidas o palabras homófonas
Disfasia:
La disfasia es un trastorno específico en la adquisición del lenguaje (TEL), que se produce como consecuencia de un daño cerebral o de condiciones cromosómicas y genéticas peculiares, manifestándose en una alteración en la comprensión y expresión del lenguaje.
Además, la persona que sufre disfasia suele tener problemas a la hora de construir frases y encontrar palabras.
En este sentido, la diferencia que existe entre la disfasia y la afasia está en una alteración del lenguaje que no tiene un origen orgánico.
En cambio, la afasia tiene un origen físico, que puede ser una lesión cerebral o neurológica, dando lugar a que la persona tenga dificultades para expresarse oralmente.
La disfasia puede ser de tres tipos diferentes:
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Disfasia expresiva: este tipo de disfasia se clasifica en dos. Por un lado, dispraxia verbal, que es la incapacidad para realizar los movimientos concretos para generar los sonidos de manera que el lenguaje es poco fluido.
Y por otro lado, la alteración en la producción fonológica, que se caracteriza por una mala articulación dentro de las palabras u oraciones, de manera que el discurso es muy fluido, pero es difícil entenderlos.
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Disfasia de recepción o evolutiva: muestra problemática a la hora de entender al propio niño o de este para comprender a los demás, de manera que el niño muestra poco interés para comunicarse con los demás.
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Disfasia combinada: la disfasia combinada se caracteriza por una alteración en la comprensión del lenguaje y se clasifica en sordera verbal y déficit sintáctico fonológico.
Los síntomas más habituales de la Disfasia son:
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Pocas intenciones de comunicarse con los demás
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Omisión de elementos gramaticales al formular una frase
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Dificultad para los pronombres personales
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Poca riqueza de vocabulario
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Verbos empleados en infinitivo
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Alteración en la comprensión
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Utilización de muchos gestos
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Dificultad para recordar y repetir frases largas
¿CUAL ES LA CAUSA O EL ORIGEN DE ESTE TRASTORNO?
La principal causa del trastorno del desarrollo del lenguaje o TDL se desconoce, pero las investigaciones sugieren que el trastorno tiene un importante componente genético hereditario.
Frecuentemente, entre un 50% y 70% de los niños con el trastorno del desarrollo del lenguaje o TDL tienen uno o más miembros de la familia, normalmente padres o hermanos, que también tuvieron dificultades en la infancia para desarrollar el lenguaje.
¿CUALES SONAS LAS PRINCIPALES DIFICULTADES QUE PEDE PRESENTAR UN NIÑO CON TDL?
Los niños con el trastorno del desarrollo del lenguaje o TDL suelen empezar a hablar más tarde de lo esperado, alrededor de un 25%.
Algunos de ellos no dicen sus primeras palabras hasta los dos años de edad y/o no empiezan a construir pequeñas frases de dos palabras hasta los tres años.
A medida que van adquiriendo el lenguaje, se observa que los niños presentan dificultades para expresarse.
Les cuesta incorporar vocabulario nuevo, es habitual que omitan palabras (generalmente preposiciones, artículos, adverbios o pronombres) y tienen problemas con las flexiones verbales.
También les cuesta construir oraciones sintácticamente correctas y realizar concordancias de género y número (en el caso de los determinantes y los adjetivos con los nombres) y/o de número y persona (en el caso de los verbos con el sujeto).
Todos estas señales podrían hacer sospechar a los adultos de un posible problema.
Por otro lado, un niño con el trastorno del desarrollo del lenguaje o TDL puede tener dificultades para comprender el lenguaje e interpretar con precisión los mensajes verbales, por lo que muchas veces se apoyan en la información visual que les ofrece el contexto para intentar entender lo que se les dice.
Otras señales que podemos encontrar son que el niño no preste mucha atención a lo que dicen los demás y que en algunos casos incluso no responda a su nombre.
¿CUANDO DEBEMOS SABER QUE ES EL MOMENTO DE REALIZAR U DIAGNÓSTICO?
Si el niño es muy pequeño y la comunicación está gravemente comprometida, los expertos indican que el Trastorno del Desarrollo del Lenguaje puede confundirse con el Trastorno del Espectro del Autismo.
Por lo tanto, se suele desaconsejar realizar un diagnóstico excesivamente precoz. Se recomienda, además, observar al niño no solo en el momento actual sino también su evolución a lo largo del tiempo.
Aproximadamente a los 3 años de edad, se puede empezar a diferenciar este trastorno de otros y, entre los 4 y 5 años, realizar un diagnóstico fiable.
¿QUÉ DIFICULTADES PUEDE OCASIONAR EL NO TRATARLO CORRECTAMENTE?
Para los especialistas es esencial una intervención temprana en el niño a través de la terapia del habla, donde se trabaja de manera individual el desarrollo de vocabulario y la gramática y la psicoterapia, para tratar problemas emocionales derivados de las dificultades en el lenguaje.
Si se sospecha que el pequeño pueda tener el trastorno del desarrollo del lenguaje o TDL se recomienda iniciar una intervención logopédica antes, incluso, de tener un diagnóstico certero ya que cuanto antes se intervenga mejor será el pronóstico.
Un niño con el trastorno del desarrollo del lenguaje o TDL que no reciba apoyos va a encontrarse con dificultades para seguir el ritmo de la clase y tendrá un desarrollo del lenguaje oral deficiente lo que repercutirá a su vez en el aprendizaje de la lectoescritura y su nivel escolar.
Las relaciones sociales también se verán comprometidas, y es que el 40% de las personas con el trastorno del desarrollo del lenguaje o TDL con tan sólo 16 años ya tienen dificultades para interactuar con los compañeros.
¿CÓMO PODEMOS APOYAR AL NIÑO DESDE CASA?
Hay que tener en cuenta que también es fundamental apoyar al niño desde casa siguiendo las pautas que indique el logopeda.
Todo lo que sea fomentar las experiencias comunicativas será bienvenido: enseñarle nuevas palabras y expresiones, interactuar con él a través de preguntas y respuestas.
Y fomentar el hábito de la lectura, leer carteles en la calle o en el supermercado, cantar canciones, fomentar su socialización con otros niños a través de actividades y juegos…
¿CUALES SON LAS PRINCIPALES DIFICULTADES QUE PUEDEN PRESENTAR ESTOS NIÑOS?
Los niños con el trastorno del desarrollo del lenguaje, o TDL, suelen empezar a hablar más tarde de lo esperado, lo que significa que algunos de ellos no dicen sus primeras palabras hasta los 2 años de edad y/o no empiezan a construir pequeñas frases de dos palabras hasta cumplir los 3 años.
A medida que van adquiriendo el lenguaje, se observa que los niños presentan dificultades para expresarse verbalmente y, en ocasiones, se ayudan de gestos y onomatopeyas para hacerse entender.
Por otra parte, algunos de estos niños también tienen dificultades para comprender el lenguaje y les cuesta interpretar con precisión los mensajes verbales, por lo que muchas veces se apoyan en la información visual que les ofrece el contexto para intentar entender lo que se les dice.
Es típico que los niños con TDL incorporen más lentamente palabras nuevas en su vocabulario.
Especialmente, presentan dificultades para incorporar y usar adecuadamente los verbos y todas aquellas palabras que no tienen un significado tan claro como los sustantivos (determinantes, preposiciones, algunos adverbios…).
También tienen dificultades para construir oraciones sintácticamente correctas y les suele costar realizar concordancias de género y número (en el caso de los determinantes y los adjetivos con los nombres) y/o de número y persona (en el caso de los verbos con el sujeto).
¿CUANDO ES EL MEJOR MOMENTO DE REALIZAR UN DIAGNOSTICO?
En edades tempranas, si la comunicación está gravemente comprometida, el Trastorno del Desarrollo del Lenguaje puede llegar a confundirse con el Trastorno del Espectro del Autismo.
Además, pasados los primeros años, podríamos encontrarnos ante un caso de Retraso Simple del Lenguaje que evolucionara favorablemente dejando atrás las dificultades iniciales.
Por tanto, para asegurar la estabilidad diagnóstica, se suele desaconsejar realizar un diagnóstico excesivamente precoz, ya que no aseguraría un adecuado nivel de precisión.
Es por ello de gran importancia observar al niño no solo en el momento actual sino también su evolución a lo largo del tiempo.
Aproximadamente a los 3 años de edad, podremos empezar a diferenciar este trastorno de otros y, entre los 4 y 5 años, se podrá realizar un diagnóstico fiable.
¿POR QUÉ YA NO SE LLAMA TRASTORNO ESPECÍFICO DEL LENGUAJE O TEL?
La principal razón es que a lo largo de los años, la terminología con que nos referimos a estas dificultades ha ido cambiando.
Actualmente, se habla de Trastorno del Desarrollo del Lenguaje en lugar de Trastorno Específico del Lenguaje porque se ha observado que una gran parte de estos niños también presenta dificultades en otras áreas como la memoria, la atención o, incluso, el desarrollo motor.
Además, existen algunos trastornos o dificultades que, de manera bastante frecuente, pueden presentarse de forma conjunta con el Trastorno del desarrollo y lenguaje o TDL.
Entre ellos, podríamos destacar el Trastorno Fonológico, así como las Dificultades de Aprendizaje.
¿CUANDO ES EL MOMENTO EN EL QEU SE DEBE ACTUAR?
Aunque el niño todavía no cuente con un diagnóstico, se puede empezar a intervenir desde la detección de las primeras señales de alerta.
Por tanto, debemos destacar la importancia de la estimulación temprana y comenzar a trabajar sobre las dificultades del niño lo más pronto posible.
Un abordaje precoz de estas dificultades ayudará al niño en el proceso de adquisición inicial del lenguaje, le proporcionará herramientas para desarrollar una comunicación más eficaz y sentará las bases para la futura intervención en cualquier otro contexto.
Durante el primer año de vida, estas son algunas de las señales que nos podrían alertar acerca de la presencia de dificultades comunicativas:
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Pasado el 1ertrimestre (>3 meses de edad real o corregida)
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No fija ni sigue con la mirada objetos/caras
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No contacto ocular
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No sonrisa social
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No responde a los sonidos
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Pasado el 2º trimestre (>6 meses de edad real o corregida)
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No muestra interés por el entorno
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No emite sonidos de vocales (“a”, “e”, “o”)
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No se ríe ni hace sonidos de placer
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Pasado el 3er trimestre (>9 meses de edad real o corregida)
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No parece reconocer a las personas conocidas
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No responde cuando lo llaman por su nombre
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No mira hacia donde usted señala
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No balbucea (“ma-ma-ma”, “ta-ta-ta”, “pa-pa-pa”)
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Pasado el 1er año (>12 meses de edad real o corregida)
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No señala
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No usa gestos sencillos como decir “adiós” con la mano o decir “no” con la cabeza
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No emite aproximaciones a palabras sencillas como “papá” o “mamá”
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Aunque esta información ha sido revisada y contrastada, el contenido es meramente orientativo y no tiene valor terapéutico ni diagnóstico.
Desde Somosdisca te recomiendo que, ante cualquier duda relacionada con la salud, acudas directamente a un profesional médico del ámbito sanitario que corresponda.
Fuente: www.somosdisca.es
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