Que no se tenga un diagnostico de una enfermedad o patología no quiere decir que ésta no exista.
Simplemente tienes esa enfermedad, pero no tienes tratamiento, ni terapias ni reconocimiento de ella.
La larga espera hasta un diagnostico se hace eterna, donde ves que algo te pasa pero no encajas en ningún sitio, y no quedan cubiertas tus necesidades.
En la actualidad, la mitad de las personas con enfermedades raras ha sufrido un retraso en el diagnóstico de mas de 4 años, que para el 20% de ellas, esta demora se ha convertido en más de una década.
Como consecuencia de esta falta de diagnóstico, más de un 30% de las personas no recibe ni tratamientos ni ayudas.
Y esto conlleva a que se produzca un agravamiento de su enfermedad, debido a la no se recibe un tratamiento efectivo.
Estoy segura que todos los médicos son conscientes de la importancia de alcanzar el diagnóstico correcto. Ya que en el caso de no ser así, el paciente tiene mucho que perder.
Un error de diagnóstico ocasiona que se le niegue al paciente una terapia oportuna, o que se le administre medicamentos que no son los correctos para su dolencia o incluso perjudiciales.
En cambio, un buen diagnostico con un tratamiento oportuno puede devolver la salud y calidad de vida a una persona.
El gran problema que veo que pasa en muchas ocasiones es que los médicos se limitan a tratar los síntomas y no a ver la raíz del problema, buscando qué es lo que provoca esos síntomas.
Yo pasé año y medio con dolores insoportables, mal estar, febrícula …. Que me limitaba cada vez más en mi día a dá afectando notablemente en mi calidad de vida.
Pero lo único que me decían era que me diera tiempo. Al no buscar una causa a mi problema, ya que no les cuadraba con ninguna enfermedad, no buscaron un diagnóstico.
Evidentemente con el tiempo todo sale y fue cuando descubrieron la osteomielitis, siendo ya demasiado tarde para algunas partes de mi pierna.
Es cierto que no siempre los síntomas son fáciles de identificar con una patología. He intentado excusar a mis médicos de todas las formas posibles, pero mi historia se ha vuelto a repetir.
Tras meses con fiebres y dolores insoportables de nuevo pedí y suplique que me hiciesen pruebas.
Y después de insistir mucho, y conseguir dichas pruebas “por pesada”… el resultado es que vuelvo a tener infección.
Así que está claro que la falta de diagnostico no siempre es culpa de que los enfermos ocultamos datos relevantes o que las pruebas no son concluyentes.
Muchas veces es que no se busca un diagnostico, simplemente se limitan a tratar los síntomas y salir del paso.
Evidentemente tener un diagnostico no te va a “curar”, ni a quitar la dolencia que tengas.
Pero si puedes poner tratamientos, soluciones y sobre todo el tener un explicación a lo que te está pasando te ayuda a poder asumir y superar por lo que estás pasando.
Cuando pasé dos años viendo que cada vez me dolía mas, pero que médicos, familiares y conocidos me ponían en duda, llega un momento en que dudas de ti mismo también.
Sabes que algo te pasa pero piensas que parte es culpa tuya. Por lo que el tener un diagnostico es mucho más que eso.
Es poder empezar a entender lo que te pasa, empezar tratamientos para mejorar la calidad de vida, empezar la rehabilitación y mejorar también tu salud mental.
Pero la falta de diagnostico no solo ayuda a mejorar, en muchas ocasiones salvan vidas, como es el caso del cáncer, un diagnostico a tiempo determinará si el paciente tiene posibilidades de recuperación o no.
Debido al caos del último año en sanidad por el Covid, uno de cada cinco pacientes con cáncer está sin diagnosticar.
Esto quiere decir que el 20% de los pacientes de cáncer o no han sido bien diagnosticados o simplemente no han llegado a atención primaria porque había otras prioridades como era el Covid.
Pero es que si nos vamos a los casos por Covid, cuatro de cada diez enfermos siguen sin ser diagnosticados.
Eso quiere decir que el 40% de los casos de Covid no son diagnosticados por Sanidad.
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