Si, soy discapacitad@
El estar aquí hoy no ha sido nada fácil, es todo un proceso de aceptación y tiempo. Hay gente que tiene su discapacidad de nacimiento, y otros es adquirida, como es mi caso.
Hoy por hoy puedo poner fecha a ese día, pero… también os digo que no lo supe hasta pasados casi tres años. No lo supe o no quise saberlo, durante ese tiempo no tenía un diagnostico definido, aun no se conocía el alcance de la lesión, pero yo tampoco quería ver que eso sería para siempre.
No era una chica nada diferente al resto del mundo, tenía mi trabajo, el cual no supe valorar hasta que no pude realizarlo más, mi casa, hijos, amigos… lo normal.
Y de la noche a la mañana, ves que dependes de una silla para levantarte de la cama, un dolor neuropático que te cambia el carácter y no te deja ni respirar… Ves que todo lo que tenías y por lo que habías luchado dejaba de tener sentido, es como si hubiesen puesto mi vida en un cubilete y agitado fuertemente. Y ahí estaba yo, dentro, sin saber si estaba para arriba o para abajo.
Tuve suerte de tener gente a mi lado, también vi cómo otra gente se alejó, pero la gente que estuvo a mi lado tenía más valor.
También tuve que aprender a darle importancia a lo que realmente tiene y a no lamentarme por lo que perdí, sino valorar lo que no perdí.
Cuando comprendí eso volví a respirar, a vivir de nuevo. El dolor no se me ha quitado ni tampoco las dificultades del día a día, pero poco a poco en casa fuimos adaptando y normalizando nuestra nueva rutina.
Tuve que ir a psicólogo , algo que eché mucho de menos que no me lo hubiesen recomendado antes, o que desde el hospital lo hubiesen tramitado, tuve que caer en una fuerte depresión para darme cuenta que lo necesitaba y qué me ayudaría.
Tuvimos que adaptar el vehículo, en casa compatibilizar los horarios, tuve que aprender a pedir ayuda, creo que es de lo que más trabajo me ha costado, tuve que adaptar nuestros viajes y rutina diaria.
También tuve que aprender a darle importancia a lo que realmente tiene y a no lamentarme por lo que perdí, sino valorar lo que no perdí.