En el caso de la discapacidad adquirida, la adaptación es para ambos lados, es decir, tanto para  la persona como para la gente que le rodea.

En la niñez es fácil adaptarse a la nueva situación, es a partir de la adolescencia, cuando ya no es tan fácil adaptarse a nueva discapacidad, ya que se tiene una rutina, un día a día, la cual te cambia de la noche a la mañana.

En éste caso, la familia también tiene que adaptar su día a día, y darle un giro de 180º.

Aunque hablando de discapacidad adquirida, la familia influye menos en las decisiones de la persona, ya que ésta tenía una independencia, y en algunos casos, una familia e hijos.

Y quiere seguir conservando  y recuperar en la medida de lo posible todos los hábitos que tenía.

Discapacidad adquirida

Éste propósito hace reafirmar la identidad de la persona. Aunque hasta que se alcanza ese punto, hay un proceso largo de adaptación.

Pasando la mayoría por depresión, rabia, no aceptación, cambios de humor y sobre todo decepción con uno mismo.

Ya que es difícil olvidar todo lo que se realizaba antes y cómo se realizaba.

Va a ser una lucha de exigencia en el día a día continua, ya que siempre se tiende a comparar con lo que antes hacía uno y ya no puede, o tarda más o necesita ayuda de terceros para realizarlo.

Lo que sí esta claro es que influye mucho la aptitud y el grado de superación que tenga cada persona, independientemente de cuando se haya adquirido la discapacidad, y la importancia de los familiares y amigos de lo que te rodeas, ya que en los momentos difíciles, sepan o no ayudarte, serán ellos tu pilar más importante.

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