La mejor forma de generar conciencia sobre un problema social es conocer realmente el impacto que tiene en nuestro entorno.

En España, alrededor del 3% de la población de personas mayores de 65 años son diagnosticadas de Síndrome de Diógenes

Aunque no hay que olvidar que algunas son diagnosticadas más tarde de lo que deberían.

Normalmente debido por el desconocimiento global que existe sobre los síntomas de esta enfermedad.

Las cifras van aumentando año tras año, y eso que aun existen miles de casos no cuantificados, que nunca salieron a la luz, por la tendencia al aislamiento que sufren los pacientes. 

El Síndrome de Diógenes consiste principalmente en un extremo abandono del autocuidado, tanto en la higiene como en la alimentación y en la salud.

Son personas que se aíslan de su medio, no salen de su domicilio y rechazan cualquier tipo de ayuda externa.

Habitualmente esta patología se presenta en ancianos solitarios, muy preocupados por una ruina económica no real, por lo que acumulan basuras y viven en una situación de miseria material absoluta.

La persona que padece el Síndrome de Diógenes no es consciente de esta enfermedad, lo que dificulta cualquier tipo de intervención consensuada.

Los primeros en denunciar el estado del enfermo suelen a ser los vecinos o familiares.

Eso es debido a que la situación de falta de higiene puede llegar a causar verdaderos problemas en el vecindario por los olores, además de peligrar la salud del enfermo.

El 75% de las personas con Síndrome de Diógenes realizan compras compulsivas, mientras que el 50% acumula objetos gratuitos o basura que encuentra en la calle.

Síndrome de Diógenes

SÍNTOMAS:

Las personas que lo sufren pueden llegar a acumular grandes cantidades de basura en sus domicilios y vivir voluntariamente en condiciones de pobreza extrema.

Aislamiento social, reclusión en el propio hogar y abandono de la higiene son las principales pautas de conducta.

Una de las características de este trastorno es que suele acarrear graves problemas de convivencia con los vecinos. Esto se debe al olor de la basura acumulada.

El aislamiento social es otra señal, ya que de forma paulatina van perdiendo el contacto con todo su entorno, incluso con los familiares cercanos.

En las fases más avanzadas sólo mantienen contacto con las personas estrictamente necesarias.

Las principales características de un enfermo de Diógenes son conocidas por todos.

Sin embargo, hay otras menos extendidas  que nos ayudarán a cómo detectarlo: 

  • Acumulación excesiva de objetos: Es el síntoma más conocido. Los enfermos de Diógenes guardan en su vivienda cualquier objeto.

    Desde algo que puede resultar útil a ojos de cualquiera, como utensilios o trastos que serían basura para alguien no enfermo.

  • Abandono de la higiene personal: Junto con la acumulación, este síntoma contribuye a que la vivienda del afectado se convierta en un lugar inhabitable.

    En fases tempranas de la enfermedad, la falta de higiene no es demasiado evidente o preocupante, pero sí un síntoma al que prestar atención por ser un factor indicativo. 

  • Deterioro físico: El Síndrome de Diógenes conlleva una desaparición de las rutinas diarias que aportan orden y salud a nuestra vida.

    Por eso, junto a la falta de higiene, aparece la falta de alimentación, o la ingesta desproporcionada y a horas extrañas.

  • Cerrazón. La persona afectada por el Síndrome de Diógenes no atenderá a razones y no cuestionará sus actos, por preocupantes que resulten para su entorno. 

  • Aislamiento social. Su tendencia a sumergirse en sus pensamientos le llevará a un aislamiento social, separándose de su entorno casi por completo.

  • Pensamientos paranoicos y justificación de los mismos. La persona con Síndrome de Diógenes puede desarrollar en su mente la idea de que una tragedia futura le obliga a guardar objetos para una posible necesidad, y tratará de justificar sus actos bajo esta premisa. 

Estas personas no saben dar argumentos para explicar su conducta y, en algunos casos, éstas resultan psicóticas.

Los pacientes que sufren esta enfermedad carecen de conciencia de la misma y suelen rechazar además cualquier tipo de ayuda externa.

CAUSAS:

Como os he comentado al principio, el Síndrome de Diógenes afecta, sobre todo, a personas mayores de 65 años.

Pero normalmente suele ser una enfermedad que aparece como consecuencia de otras patologías previas, como el trastorno de personalidad obsesivo-compulsivo, o por otras conductas  que pueden agravarse como por ejemplo, el coleccionismo.

Al menos la mitad de los pacientes que padecen esta enfermedad sufren alguna clase de enfermedad mental.

Los diagnósticos relacionados con la salud mental más frecuentes suelen ser la demencia, la depresión psicótica y trastornos de personalidad.

Esta enfermedad es más común en mujeres que en hombres, sobre todo en aquellas que están viudas. 

DIAGNÓSTICO:

Para diagnosticar esta enfermedad es esencial que sea la propia familia la que informe sobre la situación, ya que el paciente no lo hará por si mismo.

Aunque es el especialista el que debe, en primer lugar, detectar si sufre de Síndrome de Diógenes o, por el contrario, sólo se trata de un trastorno obsesivo compulsivo de la personalidad.

Los pacientes con un trastorno obsesivo compulsivo de la personalidad en la mayoría de los casos, se excusan en que los objetos que guardan tienen gran utilidad.

Este trastorno se diferencia del Síndrome de Diógenes en que suele ser una conducta que no pasa de los límites de su vida privada, por lo que sólo es conocida por su entorno familiar. 

Por tanto, es esencial un seguimiento del paciente para observar sus patrones de comportamiento y de esta manera poder detectar la enfermedad.

Los pacientes con el Síndrome de Diogenes cuenta con un 46% de mortalidad en los 5 años siguientes a ser diagnosticada

TRATAMIENTO:

De primeras, el tratamiento para estas personas, va dirigido a tratar las posibles complicaciones derivadas del mal estado nutricional e higiénico.

Sin embargo, es necesario instaurar medidas preventivas para que el cuadro no vuelva a repetirse.

Para ello se necesita un apoyo social suficiente o de asistencia domiciliaria y evitar la hospitalización.

El problema es que los propios afectados suelen rechazar la ayuda social.

Si no están incapacitados por motivo de alguna patología psiquiátrica de base o una demencia, no pueden ser ingresados sin su consentimiento,  por lo que termina volviendo a su tipo de vida anterior.

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Espero que te haya sido de utilidad el artículo, si conoces a alguien con esta enfermedad puedes dejar tus opinión en los comentarios y compartir tu experiencia. 

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