Hola Titánicos, hoy os hablaré de lo qué es el Síndrome de la espalda fallida, en que consiste, sus síntomas, causas y como disminuye la calidad de vida de quien lo padece.
¿QUÉ ES EL SÍNDROME DE LA ESPALDA FALLIDA?
El síndrome de cirugía fallida de columna, también denominado síndrome de espalda fallida o síndrome postlaminectomía, no es más que la aparición de dolor persistente y recurrente en la zona lumbar o en las extremidades inferiores después de una o más cirugías de columna.
Las operaciones de columna lumbar se realizarán con el objetivo de eliminar o aliviar el dolor, sin embargo el 20-40% de los pacientes operados de espalda sufren dolor permanente en la parte baja de la espalda tras la cirugía.
En ocasiones el problema que provocó la necesidad de operación reaparece o puede progresar y no se consigue hacer coincidir los objetivos del paciente con la capacidad del médico para lograr esos objetivos.
El 10% o 20%, de los pacientes necesitan una cirugía adicional por presentar problemas agravados o no resueltos con la cirugía.
En vista de los datos, cuando un paciente acepta operarse de la espalda debe conocer y aceptar que la tasa de exito es del 75%.
Las complicaciones que pueden surgir no siempre son fáciles de tratar, aunque las Unidades del Dolor cada vez cuentan con más avances en el tratamiento de estos pacientes.
¿CUALES SON LAS PRINCIPALES CAUSAS DE LA CIRUGÍA DE ESPALDA FALLIDA?
Las causas del síndrome de cirugía fallida de la espalda incluyen:
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Ubicación quirúrgica o diagnóstico inadecuados
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Rechazo del injerto óseo.
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Crecimiento óseo excesivo o fallo de los herrajes de la fusión vertebral
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Desarrollo de tejido cicatricial (fibrosis)
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Retorno o aumento de la compresión nerviosa
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Infección del procedimiento con aumento de la presión del nervio espinal
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Hernia o degeneración discal repetida
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Una lesión adicional por caída, deporte, …
¿CUALES SON LOS PRINCIPALES SÍNTOMAS DEL SÍNDROME DE LA CIRUGÍA DE ESPALDA FALLIDA?
El dolor persistente es la secuela más frecuente tras una cirugía de espalda, y se denomina síndrome de cirugía fallida de espalda.
Las causas más comunes son:
Mala Selección del Paciente:
Es la causa más común del síndrome de la cirugía fallida de la espalda. El paciente tiene problemas que no han sido reconocidos y no se han abordado antes de la cirugía, tales como: trastornos psicológicos intrínsecos, histeria, hipocondría, depresión, ansiedad y comportamiento anormal frente al dolor.
Todos estos factores pueden conducir a un resultado pobre después de la cirugía, especialmente si el paciente está en compensación laboral por baja, involucrado en un litigio o si tiene una expectativa poco realista sobre el resultado de la cirugía.
El paciente necesitará una evaluación que incorpore una variedad integral de factores de riesgo médicos y psicológicos para predecir el resultado de la cirugía de columna.
Diagnóstico equivocado:
Bien sea que el diagnóstico sea incorrecto o incompleto. Esta situación puede presentarse por las siguientes razones:
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Que el facultativo solo se base en la resonancia magnética y en las radiografías que muestran cambios degenerativos que están relacionados con la edad y son asintomáticos en un gran número de pacientes.
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El médico debe correlacionar los síntomas del paciente con el examen físico y las imágenes. Cuando no están alineados, la probabilidad de fracaso se incrementa.
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Si no se diagnostica un segmento inestable por encima o por debajo de la zona que se va a fusionar, el dolor puede continuar después de la cirugía.
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No diagnosticar un disco herniado lateral puede hacer que no se alivie el dolor irradiado a las piernas.
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No abordar la estenosis foraminal o lateral en un paciente con estenosis central puede resultar en un dolor radicular continuo.
Elegir un procedimiento quirúrgico equivocado:
Operar en el nivel equivocado es el error más común y la localización radiográfica intraoperatoria es importante en todos los casos.
Otro error es escoger el abordaje quirúrgico incorrecto, por ej., abordaje posterior en vez de uno anterior o viceversa, o realizar la descompresión en un solo sitio cuando el paciente tiene múltiples sitios dolorosos. Así que, de hecho, los médicos están omitiendo otra patología que no abordaron.
En ocasiones el tipo de abordaje depende de forma aleatoria del profesional que atiende por primera vez al paciente, cuando hay abordajes más o menos indicados para cada patología:
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En la mayoría de casos de hernia discal está más indicada la microcirugía o la cirugía endoscópica de columna por parte de neurocirugía que la artrodesis (técnica que realizan de forma más rutinaria los traumatólogos).
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En hernias foraminales (laterales) la cirugía endoscópica es la técnica más indicada, porque se accede más fácilmente a esta zona a través con la cámara al ser un sitio estrecho.
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En situación de inestabilidad lumbar la artrodesis que realizan los traumatólogos suele ser mejor, pues se acompaña de fusión (injerto de hueso que dota de estabilidad a la columna a largo plazo.
Técnica deficiente o defectuosa:
Todas las previsiones y precauciones del médico respecto a la correcta escogencia del paciente, realizar un buen diagnóstico y escoger el procedimiento quirúrgico adecuado, pueden desembocar en una cirugía fallida de columna si se aplica una técnica deficiente, tal como:
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Realizar una descompresión incompleta
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Dejar una deformidad residual
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Causar una inestabilidad iatrogénica o una radiculopatía postquirúrgica
Enfermedad progresiva o patología recurrente:
Entre las enfermedades progresivas o patologías recurrentes se encuentran la recidiva de la hernia de disco, la estenosis espinal recurrente o el síndrome de disco suprayacente.
La hernia de disco recurrente ocurre en alrededor del 15% al 35% de las veces. La mitad de ellas aparecen a un nuevo nivel o al otro lado del operado inicialmente.
La estabilidad del segmento fusionado aumentará la carga en el segmento adyacente y acelerará la degeneración del disco correspondiente. Es lo que se conoce como el síndrome de disco suprayacente, presentándose evidencia radiográfica de deterioro del segmento.
Este síndrome ocurre en pacientes con cirugía de columna lumbar hasta en un 30%, en un plazo de diez años posteriores a la primera cirugía.
Con el tiempo también puede presentarse degeneración a la articulación sacroilíaca después de la fusión lumbar, cuya incidencia es de alrededor del 40%.
Fracaso en alcanzar los objetivos de la cirugía:
El fracaso en los objetivos de la cirugía puede evidenciarse por:
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Una descompresión inadecuada o incompleta
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Corrección inadecuada o incompleta de la lesión
- El paciente puede presentar una fractura inestable, o defecto de fusión o consolidación.
Estos problemas pueden diagnosticarse en las revisiones que se realizan tras la cirugía y conllevan que no se logre el objetivo de la cirugía, que se alargue el tiempo de recuperación, que puedan aparecer secuelas o que se necesite una nueva cirugía.
Nueva fuente de dolor relacionada o no con la cirugía:
Cualquier tipo de cirugía conlleva la necesidad de usar bisturí y de abrir planos quirúrgicos en la espalda del paciente.
Esto repercute negativamente en la musculatura y los ligamentos que están presentes en la espalda.
Es habitual que estos daños musculares aparezcan en forma de puntos gatillo y síndrome miofascial en zonas adyacentes o lejanas, por la tracción.
Otro foco de dolor relacionado con la cirugía es la posible fibrosis post- quirúrgica.
Un proceso que da síntomas cuando la cicatrización de los tejidos afecta a los músculos (síndrome miofascial) o al sistema nervioso en forma de compresión (radiculopatía) o inflamación (aracnoiditis lumbar).
La nueva fuente de dolor pudiera no estar relacionada con la cirugía inicial y la detección de la causa del nuevo dolor puede ser difícil.
Por eso ante la aparición de dolor tras la cirugía se recomienda buscar una infección crónica oculta, una fractura no consolidada, estenosis persistente o una alineación no corregida.
También hay que descartar que el dolor se origine en otros sitios anatómicos que pueden causar problemas similares, como la cadera y la articulación sacroilíaca.
Ya que hacer el diagnóstico correcto es importante antes de iniciar cualquier tratamiento complementario o re-operación.
La solución más lógica sería evitar la cirugía a casos estrictamente necesarios, una vez agotadas el resto de medidas.
Las estadísticas demuestran que:
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Aproximadamente en 7 de cada 10 pacientes cabe la posibilidad de mejorar sin cirugía. Ese tanto por ciento se puede incluso mejorar más si aplicamos técnicas para resolver el dolor como la radiofrecuencia.
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Existen técnicas percutáneas que permiten tratar la hernia discal sin cirugía, como la discólisis con ozono, el Resadisc y el láser.
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Actualmente se estima 1 de cada 10 pacientes con problemas de columna está indicada la cirugía.
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En algunos pacientes operados, hay una posibilidad de empeorar del estado basal.
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En alrededor del 25% de los pacientes hay una posibilidad de tener que hacer una segunda cirugía dentro de los diez años posteriores a la primera cirugía.
Por lo general, la cirugía de columna es mejor para pacientes con dolor en las extremidades (dolor irradiado, braquialgia o ciática) que para aquellos con lumbalgia/cervicalgia que no irradia.
Sin embargo, aún en casos de ciática, es importante hacer el diagnóstico correcto para evitar un error de diagnóstico (pseudo-ciatalgia) que haga que la cirugía fracase.
¿CUANDO SE DEBERIA DE OPERAR EN LA ESPALDA EN CASO DE HERNIA DISCAL?
Normalmente la indicación para realizar la cirugía en caso de hernia es que los síntomas del paciente no se resuelven con un tratamiento no quirúrgico.
En esta situación, se debe operar por los síntomas del paciente, no por las imágenes de la Resonancia Magnética ya que esta genera un 30% de falsos positivos.
La proporción de la información a tomar en cuenta para realizar un diagnóstico correcto es:
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80% historial del paciente
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15% examen físico
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5% estudios clínicos
Sin embargo, hay síntomas de alarma que hacen que la cirugía pueda ser necesaria como primera elección. Las indicaciones absolutas para la cirugía de columna son:
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El síndrome de cola de caballo o cauda equina que causa trastornos de la vejiga e intestinos en forma de incontinencia
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El déficit neurológico progresivo con debilidad motora patente.
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Signos de inestabilidad graves que hagan pensar en la necesidad de artrodesis.
Cada vez es menos frecuente que una hernia discal necesite cirugía, y el porcentaje de pacientes que se operan en el momento de diagnosticar el problema ha bajado del 20% a menos del 2%.
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Aunque esta información ha sido revisada y contrastada, el contenido es meramente orientativo y no tiene valor terapéutico ni diagnóstico.
Desde Somosdisca te recomiendo que, ante cualquier duda relacionada con la salud, acudas directamente a un profesional médico del ámbito sanitario que corresponda.
Fuente: www.somosdisca.es
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