Al hablar de discapacidad lo primero que se nos viene a la cabeza es una persona en sillas de ruedas o personas con algún rasgo caracteristico.

Pero ¿qué ocurre con esas personas que tienen una discapacidad invisible?

Problemas visuales parciales, auditivos, hipertensión pulmonar, fibrosis quística y una larga lista de patologías son invisibles al ojo humano pero su repercusión en la calidad de vida de la persona es brutal.

Discapacidad invisible

Hay muchos problemas físicos a consecuencia de las enfermedad que origina la discapacidad, por lo que estas personas tienen que enfrentarse a los problemas sociales que genera el que sea una enfermedad invisible.

Y es que, para el entorno familiar y social del enfermo no es fácil aceptar y asimilar una discapacidad invisible que no es palpable.

Las personas que tienen hipertensión pulmonar o fibrosis quística sufren síntomas de fatiga crónica, el corazón se sobre esfuerza constantemente y actividades como subir escaleras o limpiar la casa implican un sufrimiento constante.

¿Cómo le explicas a la gente de tu alrededor que te está mirando mal que necesitas sentarte en el metro o coger un ascensor, aunque sea sólo una planta?

La persona que tiene una discapacidad invisible tiene que justificarse una y otra vez para, por ejemplo, que él andar X metros es una tarea titánica, aunque no vaya en silla de ruedas.

Si vemos a un niño o un adolescente teniendo un berrinche, probablemente nos alejaremos sin pensar en que puede tener una discapacidad psicosocial.  

Los avances médicos están consiguiendo que la esperanza de vida de las personas con enfermedades raras y con discapacidades invisibles se multiplique hasta convertirse en enfermos crónicos.

Lo que todavía no han conseguido curar es el desconocimiento social que hay alrededor de este tipo de enfermedades poco comunes e invisibles al ojo humano.

Puedes seguirnos a través de:

Pin It on Pinterest

Share This