Normalmente una persona con una gran discapacidad motora pasa muchas horas en casa, y a menudo, lo que le acerca a relacionarse con el mundo exterior y estar al día de las noticias, son las redes sociales.

Pero lo que normalmente es algo tan sencillo para la mayoría de la gente, como mandar un tweet, puede resultar bastante complejo, incluso imposible para alguien con una enfermedad neurodegenerativa que tenga bastante afectado el sistema motor incluso el habla.

Por lo que estas personas no pueden interactuar con su smartphone o PC con las manos, pero el control de voz tampoco es una herramienta útil en muchas de las ocasiones.

Un grupo de ingenieros biomédicos de la Universidad de Valladolid ha desarrollado una interfaz cerebro-ordenador que les permitiría acceder a redes sociales como Twitter o Telegram.

Para ello, este dispositivo recoge la señal de un electroencefalograma (EEG) de la persona gracias a ocho electrodos colocados sobre su cuero cabelludo.

El ordenador recibe la señal e identifica las intenciones del usuario en cada momento a partir de los estímulos visuales. Por lo que el comando seleccionado se envía de manera inalámbrica mediante tecnología Bluetooth al teléfono móvil, el cual se encarga de interpretarlo y controlar la red social de la manera deseada. 

Los científicos ya han evaluado el sistema en usuarios que presentan graves discapacidades motoras, pertenecientes al Centro de Referencia Estatal (CRE) de Discapacidad y Dependencia de San Andrés del Rabanedo (León). 

El estudio a sido bastante positivo ya que se ha obtenido una precisión media del 92,3% para los sujetos control (10 sujetos) y del 80,6% para los usuarios con grave discapacidad (18 sujetos), por lo que los usuarios se mostraron satisfechos con la aplicación y destacaron su facilidad de uso como uno de los puntos más fuertes de la propuesta.

Hay que tener en cuenta que el estudio aun se encuentra en fase de investigación y serán necesarios muchos más estudios para resolver las limitaciones que presentan hasta llegar a una implementación real. 

 

Fuente: businessinsider.es

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