La enfermedad de Sudeck, también conocida como síndrome de dolor general complejo (SDRC), es una enfermedad caracterizada por ser bastante dolorosa que afecta a una o más extremidades corporales.

Esta afección tiende a originarse tras algún tipo de lesión u operación, y se distingue por ser un síndrome, multisintomático y multisistémico.

El grado de dolor y la evolución del síndrome de Sudeck no tiene porqué corresponder a la magnitud de la lesión que lo desencadena.

Es vital que este extraño síndrome sea diagnosticado durante la etapa más temprana posible. De lo contrario, podría acabar extendiéndose a todas las extremidades, haciendo su recuperación mucho más dolorosa y difícil.

Dado los altos niveles de dolor que provoca esta enfermedad, la persona puede llegar a manifestar serias alteraciones psicológicas, dependencia farmacológica o, incluso, desarrollar una completa invalidez.

Otro factor que hace a esta enfermedad tan incapacitante para la persona que la padece es, que su transcurso es totalmente imprevisible y puede variar de manera exagerada entre una persona y otra.

SÍNTOMAS:

Los síntomas tienden a localizarse en el lugar de la lesión. No obstante, en la medida en la que la enfermedad evoluciona, toda esta sintomatología comenzará a extenderse.

Existen 3 patrones que describen la propagación de la enfermedad:

  • Patrón de tipo continuo: los síntomas se extienden de manera ascendente. Por ejemplo, desde la muñeca hasta el hombro.

  • Patrón de tipo imagen en espejo: propagación hacia la extremidad opuesta.

  • Patrón de tipo independiente: en este caso los síntomas se extienden hacia una zona distante del cuerpo.

Los síntomas que los caracteriza son:

Dolor: 

Este síndrome tiene la singularidad de que la persona experimenta un dolor de proporciones desmesuradas en comparación con la magnitud de la lesión o daño que las provoca.

Además, puede acompañarse de dificultades en la movilidad que aparecen tras la lesión.

Uno de los primeros síntomas que aparecen es un dolor severo, constante, profundo y ardiente, el cual con el tiempo, hace que cualquier tipo de roce, sea de la intensidad que sea, sea experimentado como una sensación dolorosa de bastante intensidad.

Alteraciones cutáneas:

La dermis puede presentar síntomas de distrofia o atrofia, así como sequedad con o sin descamación.

Asimismo, la actividad simpática anormal que provoca esta enfermedad puede relacionarse con alteraciones en la pigmentación de la piel, en la temperatura de esta y en los niveles de sudoración.

Alteraciones óseas:

El síndrome de Sudeck puede generar desgaste óseo u osteoporosis en las articulaciones.

Este desgaste puede observarse mediante radiografías y densiometrías óseas.

Afecciones motrices:

Las personas afectadas por esta enfermedad experimentan grandes dificultades para realizar cualquier tipo de movimiento.

Estas dificultades vienen ocasionadas por el intenso dolor que experimentan debido al aumento del tono muscular.

Como consecuencia los pacientes tienden a disminuir sus movimientos generando así una atrofia muscular difusa.

Otros síntomas motrices son los temblores o movimientos reflejos involuntarios.

Inflamación:

En la mayoría de los casos los pacientes presentan una inflamación localizada en el lugar en el que se genera el dolor.

TRATAMIENTO:

El objetivo más importante en el tratamiento del síndrome de Sudeck es conseguir que el paciente utilice la extremidad afectada.

Mediante la utilización de medicamentos, terapia física o bloqueos nerviosos, se pretende conseguir que el dolor disminuya. Asimismo, la intervención con fisioterapia ayudará al paciente a usar su extremidad afectada en sus actividades del día a día.

Para los pacientes que son afectados en las extremidades inferiores, se ha demostrado que practicar natación o cualquier otra actividad acuática pueden ayudar.

El acompañamiento psicológico es de vital importancia en el tratamiento del síndrome de Sudeck. Su objetivo es reforzar los aspectos mentales o psicológicos de la enfermedad, así como motivar al paciente para llevar a cabo las técnicas de manejo del dolor.

Si este tratamiento consigue llevarse a cabo durante las primeras etapas de la enfermedad, la probabilidad de remisión completa es de aproximadamente del 85%.

En los casos en los que la enfermedad no reciba el tratamiento adecuado, esta puede llevar a convertirse en crónica.

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