Los quistes de Tarlov son pequeñas masas, llamados quistes, que se desarrollan en las meninges, que son las capas internas llamadas duramadre y el aracnoides, que protegen los nervios raquídeos de la columna vertebral que contienen líquido cefalorraquídeo.

Aparecen más frecuentemente en la zona sacra y lumbar, aunque pueden desarrollarse en la columna toracolumbar y coccígea.

Los Quistes de Tarlov suelen diagnosticarse de manera incidental en el transcurso de una Resonancia Magnética (RMN)

En la actualidad, 95% de los profesionales sanitarios creen que los Quistes de Tarlov son asintomáticos.

La mayoría de los Radiólogos creen que los Quistes carecen de significación clínica y muchos omiten su presencia en los informes, oscureciendo y retrasando el diagnóstico.

Una persona con Quistes de Tarlov suele tardar una media de entre dos y cuatro años para encontrar un especialista que de credibilidad a al dolor y diagnostique la presencia de los Quistes.

Como ocurre normalmente con los pacientes que padecen dolor crónico, los pacientes con Quistes de Tarlov, son derivados a las consultas de Psiquiatría, dado que se piensa que su dolor es psicosomático.

Muchos pacientes han tenido que abandonar su vida laboral sin ningún reconocimiento de discapacidad, por la clínica que presentan.

Las manifestaciones clínicas dependen de la raíz nerviosa que queda comprimida por el quiste. 

La mayoría de los afectados presentan uno o más quistes y presentan un dolor local severo en las zonas inervadas por las raíces nerviosas afectadas por el/los quistes, entre los que se encuentran:  

  • Dolor en los glúteos.

  • Dolor en las piernas, muslos, caderas y pelvis  

  • También pueden producirnos parestesias o perdidas de sensibilidad.

  • Disestesias.

  • Trastornos en la sensibilidad, ardor, quemazón.

Estos síntomas imposibilitan para permanecer sentados durante tiempos superiores a 30 minutos. Tambien imposibilitan el poder permanecer de pie y evidentemente las distancias que se pueden recorrer caminando son mínimas.

Lo mejor para entenderlo es la explicación y experiencia contado en primera persona, por eso os voy a compartir este video de Marta.

Sólo os va a llevar unos 16 minutos, pero os aseguro que no tiene desperdicio y merecerá la pena.

SÍNTOMAS:

Los quistes de Tarlov no provocan dolor u otros síntomas en 70% de los casos.

Sin embargo, cuando los quistes se expanden pueden presionar las raíces nerviosas y causar dolor que a veces puede ser muy fuerte.

Algunos pacientes que tienen raíces nerviosas comprimidas, sufren el mismo dolor todos los días y tienen dolor constante.

Mientras que otros tienen síntomas que varían y pueden cambiar de hora en hora en algunos casos, sólo en ciertos momentos del día, o con ciertas actividades o posiciones que aumentan o disminuyen la presión sobre el nervio.

Dependiendo de la localización del quiste y de la raíz nerviosa comprimida el dolor puede ser localizado en lugares diferentes pudiendo haber los siguientes síntomas:

  • Dolor en el pecho, espalda superior, cuello, brazos y manos 

  • Debilidad y / o calambres en las piernas y los pies / brazos y manos 

  • Sensaciones anormales en las piernas y en los pies o en los brazos y las manos 

  • Dolor al sentarse o estar de pie durante períodos cortos de tiempo o dolor al caminar

  • Dolor al estornudar o toser 

  • Incapacidad para vaciar la vejiga o en casos extremos de orinar 

  • Estreñimiento 

  • Hinchazón sobre el sacro (o en otro lugar de la espalda) 

  • Dolor, una sensación de presión y sensibilidad sobre el sacro y el coxis (cóccix), que se extiende a través de la cadera y en el muslo (cuando hay quistes en el sacro)

  • Dolores de cabeza (debido a los cambios en la presión del líquido cefalorraquídeo) y algunas veces acompañado de visión borrosa, visión doble, presión detrás de los ojos y presión del nervio óptico causando papiledema (hinchazón del nervio del ojo (nervio óptico) 

  • Oír ruidos como zumbidos o pitidos 

  • Mareos y sensación de pérdida del equilibrio sobre todo con el cambio de posición 

  • La sensación de estar sentado en una roca 

  • Dolor en la rabadilla, en la vagina, en el recto o en la parte de abajo del abdomen

  • Síndrome

    de las piernas inquietas

  • Disfunción sexual y relaciones sexuales dolorosas 

  • Ciática.

TRATAMIENTO

El tratamiento es médico, en la mayoría de los casos, mediante infiltración con esteroides y anestésicos, según la severidad del dolor.

En ocasiones puede hacerse el drenaje transcutáneo del quiste con control radiológico, pero solo se obtiene un alivio de la sintomatología de duración variable entre tres semanas y seis meses.

La decisión de un tratamiento quirúrgico definitivo con descompresión del nervio y eliminación del quiste, depende de la persistencia e intensidad del dolor o de la presencia de un déficit neurológico asociado.

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