¿Qué es la tos ferina?

Antes de que se desarrollara la vacuna, la tos ferina era considerada una enfermedad de la infancia. Ahora la tos ferina afecta principalmente a los niños que no han completado el esquema de vacunación y a los adolescentes y adultos que han perdido la inmunidad.

Las muertes asociadas a la tos ferina son muy poco frecuentes pero ocurren frecuentemente en bebés. Por eso es tan importante que las mujeres embarazadas, y otras personas que van a tener contacto directo con el bebé, se vacunen contra la tos ferina.

Una vez que te contagias con tos ferina, los signos y síntomas no empiezan a aparecer hasta pasados unos 7 a 10 días, aunque a veces puede ser más tiempo.

Periodo catarral o de inicio:

Tiene una duración de dos semanas con síntomas catarrales. Por lo general sus síntomas son leves al principio y se parecen a los del resfriado común, con predominio nocturno, con síntomas como:

• Moqueo

• Congestión nasal

• Ojos enrojecidos, llorosos

• Fiebre leve

• Tos leve, seca e irritativa

Periodo de estado, convulsivo o asfíctico:

Esta etapa tiene una duración de unas 4 a 6 semanas. Durante la etapa anterior los síntomas han ido empeorando, y es lo que sigue ocurriendo durante estas semanas, donde la tos se vuelve paroxística o convulsiva en accesos o «quintas».

Esto ocurre cuando el paciente, encontrándose bien, nota que va a tener un acceso (golpe de tos), y realiza una inspiración profunda, comenzando con una tos a golpes, ininterrumpida, atropellada, que dificulta la respiración.

En este momento la persona tiende a estirar la cara y el pecho hacia delante, sacar la lengua, y seguramente se ponga colorado, cianótico y con ojos llorosos con una gran sensación de angustia.

Al terminar la crisis suele aparecer una inspiración ruidosa, ya que el aire tiene que pasar por una faringe muy estrecha, a este ruido se le llama «gallo» de la tos ferina.

A esto hay que sumarle la aparición de otros signos y síntomas como:

• La mucosidad espesa se acumula en las vías respiratorias

• Aparece una tos incontrolable, que se va haciendo cada vez más intensa, de predominio nocturno

• Vómitos provocados por la propia tos.

• La tos comienza a ser en accesos provocados por el mínimo estímulo.

Los ataques graves y prolongados de tos pueden:

• Provocar vómitos

• Volver el rostro enrojecido o azulado

• Causar fatiga extrema

• Terminar con un sonido silbante y chillón agudo al inhalar aire, conocido como «pitos».

No obstante, muchas personas no presentan el característico sonido chillón, de forma que en algunas ocasiones, una tos seca persistente es el único signo de que un adolescente o adulto tiene tos ferina.

Los bebés puede que no tosan en absoluto, en cambio, puede que se les haga difícil respirar o incluso dejen de respirar temporalmente.