Ayer todos amanecimos con la triste noticia de que comenzaba otra guerra, Rusia atacaba a Ucrania, una noticia que te desgarra aun sin conocer lo que es realmente una guerra. 

Pero aunque no haya vivido personalmente lo que es una guerra, se perfectamente que una guerra no trae cosas buenas.

Y es que ayer, 24 de febrero, poco antes de las 6.00, el presidente ruso, Vladímir Putin, anunció una operación militar especial en la región del Donbás. 

Minutos después, se escucharon explosiones en varios puntos del este del país y en Kiev, la capital. 

Según el Ministerio ucranio del Interior, también han aterrizado tropas rusas en la ciudad portuaria de Odessa y han cruzado la frontera en varios puntos.

guerra y discapacidad

DISCAPACIDAD Y GUERRA:

Desde ayer no paro de pensar en esa pobre gente, y hoy la radio me ha vuelto a despertar a las 7 de la mañana con palabras de guerra y destrucción. 

No voy a entrar en política, me da igual quién ataque a quien, al fin y al cabo de deja de ser hombres contra hombres, algo a lo que no le encuentro sentido. 

Al escuchar la radio se me ha partido el alma el saber que estaban bombardeando de nuevo una ciudad, esta vez eran edificios de personas, de civiles, de familias, de parejas, de niños o ancianos.

Eran personas que hace tres días estaban viviendo como yo, con su rutina y sus “problemas” del día a día. Rutina que ha quedado olvidada, y prioridades que han cambiado en cuestión de un un minuto.

Pero lo que más ronda en la cabeza es todo esa gente que tiene discapacidad, no quiero ni pensar en ellos. y es que Discapacidad y guerra son dos conceptos imposibles de compaginar.

Yo soy usuaria de silla de ruedas, y me quejo cuando hay un coche montado en la acera, cuando el rebaje del paso de peatones brilla por su ausencia, no encuentro un baño accesible o no hay un ascensor para entrar a algún edificio.

Pero…. ¿Qué pasa si de repente tu ciudad tiene tantos agujeros como un queso de Gruyere?

Aún recuerdo la inseguridad que me produjo el año pasado, por estas fechas, las decenas de pequeños terremotos que hubo en mi ciudad.

Cuando la tierra empezaba a temblar no paraba de pensar: “si tengo que salir corriendo de aquí, dejará de funcional el ascensor ¿cómo bajo con una silla de ruedas desde un ático a la calle?”

Pensaba que si había un terremoto un poco mas intenso o se debilitaba la estructura de mi edificio, y llegaba a haber algún tipo de escombro, yo no podría salir de allí.

Y el pensar todo eso me producía más ansiedad de la que me podría producir cualquier terremoto. No paraban de aparecer preguntas en mi cabeza.

Aunque no tenga nada que ver unos terremotos con una guerra, esas situaciones de inseguridad  me hacen pensar más aún en todas esas personas que se ha visto envueltas en una guerra con algún tipo de discapacidad.

Hay personas que tendrán movilidad reducida, pero no son las únicas afectadas, porque … ¿qué pasa con las que dependen de una medicación o tratamiento?

 

También pienso en las personas con discapacidad visual, esas personas que eran independientes para ir a comprar o ir al trabajo, porque se conocían el recorrido, pero ese recorrido ya ha cambiado o sencillamente ya no existe.

Las personas con discapacidad auditiva cuando vean correr a unos y a otros pero no puedan escuchar las sirenas que te avisan de un bombardeo inminente.

Todas esas personas con discapacidad cognitiva, o TEA para protegerlas de todo lo que esta pasando… Y podría seguir con un largo etcétera.

Todo esto me hace pensar en, ¿cómo sobrevive una persona con discapacidad, sea cuan sea, en medio de una guerra?

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