La médula ósea es un tejido indispensable para la vida, ya que en él se fabrican las células de la sangre y del sistema inmunitario. En la médula ósea anidan las células madre, que son capaces de producir todas las células de la sangre: los glóbulos rojos (hematíes), los glóbulos blancos (leucocitos) y las plaquetas (trombocitos).

Muchas enfermedades son consecuencia de una producción excesiva, insuficiente o anómala de un determinado tipo de células derivadas de la célula madre. En muchas de estas enfermedades, el trasplante de médula ósea es la única esperanza de curación, al sustituir las células defectuosas por otras normales procedentes de un donante sano. 

El único requisito inicial para ser donante es cumplimentar un formulario y someterse a una pequeña extracción de sangre, con el fin de determinar su grupo de histocompatibilidad.

¿En qué consiste el trasplante de médula ósea?

En la sustitución de todas las células de la sangre del paciente por células normales de un donante sano. Para ello basta con trasplantar una pequeña cantidad de células progenitoras por vía intravenosa, como en una transfusión sanguínea.

Después de 2 ó 3 semanas las células madre comienzan a producir células normales, que repueblan por completo el organismo del paciente.

Pero encontrar un donante compatible no es fácil. El 70% de los pacientes que precisan un trasplante no dispone de un donante compatible en su familia.

Para ellos la única posibilidad de curación es localizar un donante voluntario no emparentado compatible. Y para ello, la Fundación Internacional Josep Carreras para la Lucha contra la Leucemia creó en 1991 el Registro de Donantes de Médula Ósea (REDMO), que promueve, en colaboración con los Centros de Referencia.

¿Quién puede donar médula ósea?

Puede ser donante toda persona que esté sana desde los 18 años y hasta los 60 años, siempre que no padezca ninguna enfermedad que pueda ser trasmitida al receptor, y que tampoco padezca ninguna enfermedad que pueda poner en peligro su vida por el hecho de la donación.

Por lo que el donante no debe poseer antecedentes de enfermedades cardíacas, hepáticas, autoinmunes, infecto-contagiosas o neoplásicas.

A partir de 2018, solo se incluirán en el registro NUEVOS DONANTES con edades entre 18 y 40 años.

Antes de trasplantar médula ósea, hay que comprobar que el donante y el receptor son compatibles. Por lo que las células de estas dos personas sean tan compatibles que puedan convivir indefinidamente en el receptor. En el proceso de trasplante, normalmente, 70% de los casos, se dona mediante una citoaféresis o donación de sangre periférica.

 

Una vez hecha la donación, el producto obtenido  se administra al paciente como si fuera una transfusión. Las células madre anidarán en la médula ósea de los huesos del receptor para producir células de la sangre sanas. A veces (30% de los casos) también puede extraerse la médula del hueso de un donante mediante punción de las crestas ilíacas (hueso de la cadera). La forma de extracción de las células se valorará según las necesidades del paciente y la opinión del donante.

¿Qué efectos secundarios tiene donar médula ósea? 

El único efecto secundario mediante punción es un posible dolor de la zona de punción, el cual normalmente desaparece en menos de 48h, y se controla con analgésicos comunes.

Como la punción se efectúa en quirófano y bajo anestesia general, tiene el mismo riesgo que cualquier operación que implique una anestesia general de corta duración.

Cuando la donación se hace mediante aféresis, el tiempo durante el que se administran los «factores de crecimiento hematopoyético», se pueden experimentar síntomas similares a una gripe, como el dolor y molestias de huesos y músculos.

Fuente: Fundacion internacional Josep Carreras.

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