Hola Titánicos, cada 24 de julio se celebra el día Mundial del autocuidado, con el objetivo de ver la importancia de mantener y cuidar, nosotros mismos, nuestra salud física y mental.
Y es que saber cuidar de nuestras emociones es una práctica esencial que garantiza el bienestar físico y menta.
Las emociones son un aspecto esencial en la vida del ser humano, ya que influyen en casi todo lo que hacemos. A continuación presentamos una serie de prácticas de autocuidado emocional que te ayudarán a mantenerte saludable.
Ten en cuenta que las emociones determinan cómo nos sentimos, comportamos y pensamos.
Si las descuidamos seremos más susceptibles al malestar físico y psicológico. Por lo tanto, es necesario saber cómo gestionarlas.
¿QUÉ ES EL AUTOCUIDADO EMOCONAL?
El autocuidado emocional y personal es el conjunto de hábitos que llevamos a cabo para alcanzar el bienestar y mantenernos saludables. Mas allá de la realización de una serie de prácticas, implica un estilo de vida adecuado, en el que se incluye lo siguiente
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Dieta equilibrada.
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Ejercicio físico.
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Buen descanso.
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Higiene personal.
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Eliminar el consumo de sustancias tóxicas (como el alcohol y el tabaco).
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Actividades de ocio.
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Cultivar espacios de interrelación con otros.
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Contacto con la naturaleza.
Es común que el autocuidado emocional se subestime. Muchas personas creen que implementarlo es egoísta o inútil. Pero desconocen que la desatención de las emociones conlleva graves repercusiones sobre la salud.
¿PORQUÉ SE DEBE DE CUIDAR LA SALUD EMOCIONAL?
Efectuar prácticas de autocuidado emocional es fundamental para procurar la salud y el bienestar. En especial en la actualidad, con el ritmo de vida acelerado y la realización de multitareas.
Esto nos lleva a responder de forma automática, sin detenernos a examinar cómo nos sentimos.
Es probable que a corto plazo no veamos las complicaciones, pero con el paso del tiempo nos empezaremos a sentir irritables, estresados, enfermos.
Dicho esto, cuidarse emocionalmente conlleva a una serie de beneficios, entre los que se encuentran los siguientes:
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Reducción los niveles de estrés, ansiedad e irritabilidad.
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Aumento de la productividad y crecimiento personal.
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Fortalecimiento de la autoestima.
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Disminución en la incidencia de enfermedades y dolencias físicas.
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Alta capacidad para la recuperación de enfermedades.
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Cultivar una actitud positiva y mejorar el estado de ánimo, lo que ayuda a afrontar las adversidades de la vida
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¿CONOCES LOS DIFERENTEES TIPOS DE AUTOCUIDADO QUE EXISTEN?
Conoces los diferentes tipos de autocuidado que existen? En el post de hoy te queremos mostrar los diferentes tipos de cuidados a los que debemos prestar atención para promover el cuidado propio.
Nos solemos excusar con que no tenemos tiempo para el autocuidado, pero la verdad es que son muchas las cosas que podemos hacer por nosotros mismos sin necesidad de mucha planificación previa.
En cierta forma, nuestro instinto de supervivencia es el que genera en las personas la necesidad de cuidarnos y protegernos para preservar nuestra vida. Sin importar en la etapa vital en la que nos encontremos.
Si no cuidamos de nosotros mismos en un tiempo prolongado, nuestro cuerpo reacciona con altos niveles de estrés que terminan reflejándose también a nivel físico.
TIPOS DE AUTOCUIDADO:
Autocuidado emocional:
Cuando se trata de nuestras emociones, lo mejor que podemos hacer es asegurarnos que estamos conectadas a ellas. Aunque tengamos que enfrentarnos al rechazo de sentimientos como la ira o la tristeza, debemos ser capaces de sentirlos, aceptarlos y continuar.
Porque no hay emociones buenas o malas, no eres culpable por las emociones que sientes, sino que te comportas en base a ellas.
Autocuidado intelectual:
Con la ejercitación de la mente conseguimos la estimulación de la creatividad con la escritura o la lectura, así como el pensamiento crítico. Lo que nos convierte en personas con una perspectiva más amplia del entorno que nos rodea.
Autocuidado físico:
Este tipo de autocuidado hace referencia a la atención que debemos otorgarle a nuestra salud y cuerpo físico. Ya sabemos que la actividad física es vital para nuestro bienestar corporal pero también nos ayuda a liberar estrés.
Autocuidado social:
El sentirse conectado con otras personas es una necesidad básica para el ser humano. No sentirse solo y poder compartir con otras personas las cosas que nos inspiran o motivan nos hacen sentir bien y en armonía.
Autocuidado espiritual:
Entendido como la conexión con tus propios valores y las relaciones con tú interior. Herramientas como la práctica diaria de meditación o conectar con la naturaleza son de gran ayuda para este enriquecimiento.
¿CÓMO PODEMOS PROMOVER EL AUTOCUIDADO?
Te dejamos por aquí algunas recomendaciones para mejorar nuestro autocuidado diario y personal.
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Practicar diariamente actividad física o algún tipo de deporte.
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Saber reconocer nuestros méritos y recompensarnos por los logros obtenidos.
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Mantén una dieta equilibrada y saludable. En la que se reduzca la ingesta de dulces e incluya un mayor consumo de verduras, frutas y vegetales.
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Duerme 8 horas diarias.
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Acepta las críticas constructivas, que enriquezcan a tu crecimiento personal.
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Interacciona con las personas de tu entorno para desarrollar un hábito sano de esparcimiento.
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Mantén buenos hábitos de higiene personal.
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Evita el consumo de sustancias nocivas para salud, como el consumo de estupefacientes, tabaco y comida “basura”.
Y recuerda, el autocuidado es un hábito que debemos fomentar cada día. ¡Así que no te presiones, todo fluirá para llegar a conocerte en todos los aspectos de tu vida!
¿CÓMO PUEDES FOMENTAR EL AUTOCUIDADO EMOCIONAL?
A continuación te enseñamos algunas prácticas sencillas que te ayudarán a fomentar el autocuidado emocional.
Lo ideal es que seas constante y que las adoptes como un estilo de vida. Una vez que las pongas en marcha empezarás a notar los beneficios.
1. Acepta y expresa tus emociones
Todas las emociones son necesarias y tienen una función, incluso las displacenteras. No hay que obligarse a mantener un estado emocional todo el día. Si reprimes tus estados, entonces terminará afectándote a largo plazo.
Lo ideal es que aprendas a identificarlas, te permitas experimentarlas y las expreses bien, sin engancharte en ellas. Cuando sientas alguna emoción, ponle nombre. ¿Es ira? ¿Es tristeza? Luego reflexiona e intenta gestionarlas de la mejor manera posible, sin que te dominen.
2. Fortalece tus relaciones interpersonales
Somos seres sociales y necesitamos interactuar con otras personas para sentirnos bien. De esta manera, compartir experiencias, afectos, emociones y pensamientos con nuestros seres queridos es vital para el bienestar y el crecimiento personal.
No obstante, no toda compañía es beneficiosa. Identifica si a tu alrededor hay personas que te producen malestar y que no aportan nada a tu vida. Si es el caso, evita relacionarte con ellas.
3. Enfócate en las soluciones
Ante las adversidades solemos sentir emociones displacenteras y es normal. No obstante, no te estanques en el problema y en la queja.
Al contrario, canaliza las emociones para la búsqueda de soluciones y alternativas. Ten en cuenta que las dificultades también son oportunidades para aprender y desarrollar capacidades.
4. Acéptate y ámate como eres
Todos tenemos fortalezas y debilidades. Lo ideal es que seamos capaces de reconocer nuestros defectos y aceptarlos como parte de nosotros.
Recuerda que nadie es perfecto. No obstante, esto no implica que renuncies a trabajar en lo que está mal. Lo ideal es que siempre apuntes a ser la mejor versión de ti mismo.
5. Practica la empatía y el respeto
Todos somos diferentes. Es por ello que siempre estaremos en desacuerdo con algunas personas. Acepta esta realidad y respeta todas las divergencias que encuentres.
Esto implica no profundizar las discrepancias imponiendo tus creencias u opiniones. En su lugar, míralo como una oportunidad para aprender e integrar nuevos puntos de vista.
6. Ejecuta hábitos saludables
Un cuerpo sano contribuye a una mente saludable. Se ha comprobado que el ejercicio físico y los hábitos saludables están asociados al bienestar psicológico. Por lo tanto, aliméntate sano, ejercita tu cuerpo, descansa y evita el consumo de sustancias tóxicas.
Asimismo, dedica tiempo para realizar actividades de ocio que sean de tu agrado. Desconéctate, de vez en cuando, de las tareas y obligaciones. Esto potenciará tus niveles de energía y productividad.
7. Define y planifica tus metas
Identifica tus objetivos a corto y a largo plazo. Luego planifica cómo alcanzarlos. Es vital que organices y programes tu tiempo. Asimismo, reconoce cuáles son tus habilidades y tus límites.
También ten en cuenta que las adversidades no están exentas. Es probable que te topes con dificultades durante el camino. Cuando así sea, enfócate en las soluciones y aprende de los errores.
RECUERDA:
Las prácticas en pro del cuidado emocional no solo repercuten en nuestro bienestar, sino que influyen de manera positiva sobre los demás y nuestro entorno.
Esto se debe a que aprendemos a convivir de una forma más respetuosa, solidaria y apacible con nosotros mismos y nuestros semejantes.
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Aunque esta información ha sido revisada y contrastada, el contenido es meramente orientativo y no tiene valor terapéutico ni diagnóstico.
Desde Somosdisca te recomiendo que, ante cualquier duda relacionada con la salud, acudas directamente a un profesional médico del ámbito sanitario que corresponda.
Fuente: www.somosdisca.es
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