Es una formación gratuita de cuatro horas de duración, organizada en colaboración del servicio de pediatría del Clínico de Valladolid. Además acredita el curso a través del departamento de docencia del hospital.
Se trata de que las personas que participan en los campamentos de verano sepan detectar esos primeros síntomas como puede ser, en el caso de la meningitis, la febrícula, rigidez de cuello, vómitos y nausea, o petequias, pequeñas manchas rojas o moradas, ha explicado Ventosa.
Aún se recuerda el caso del pequeño Unai, que en 2010, cuando tenía ocho años, sufrió una sepsis meningocócica grave cuando participaba en un campamento de verano y le tuvieron que amputar ambas piernas por debajo de las rodillas.
En esos casos es fundamental actual cuanto antes y que el pequeño sea tratado, ya que en tres horas el resultado puede ser grave e incluso conducir a la muerte.