La espina bífida es un defecto congénito que se produce cuando la columna vertebral y la médula espinal no se forman correctamente. Se clasifica como defecto del tubo neural.
El tubo neural es la estructura embrionaria que, con el tiempo, se convierte en el cerebro y en la médula espinal del bebé, y en los tejidos que los contienen.
En Europa, aproximadamente 4 de cada 10 000 niños nacen con espina bífida.
Por lo general, el tubo neural se forma en las primeras etapas del embarazo y se cierra para el día 28 después de la concepción.
En España entre 8 y 10 de cada 10.000 recién nacidos vivos presenta alguna malformación del tubo neural, de los cuales más de la mitad de ellos están afectados por Espina Bífida.
En los bebés que tienen espina bífida, una parte del tubo neural no se forma o no se cierra adecuadamente, lo que produce defectos en la médula espinal y en los huesos de la columna vertebral.
La espina bífida puede oscilar entre leve y grave, según el tipo de defecto, el tamaño, la ubicación y las complicaciones.
Cuando es necesario hacer un tratamiento temprano para la espina bífida, se hace con una cirugía, aunque dicho tratamiento no siempre resuelve el problema por completo.
TIPOS:
Espina bífida oculta:
«Oculta» significa «escondida». La forma más leve, la espina bífida oculta» produce una pequeña separación o un pequeño hueco en uno o más de los huesos (vértebras) de la columna vertebral.
Meningocele:
En el caso de la espina bífida llamada «meningocele», las membranas protectoras que rodean la médula espinal (meninges) sobresalen a través de la abertura de las vértebras y forman un saco lleno de líquido.
Mielomeningocele:
También conocido como «espina bífida abierta», el mielomeningocele es la forma más grave.
El conducto vertebral queda abierto en varias vértebras en la parte inferior o en la parte media de la espalda.
Las membranas y los nervios raquídeos sobresalen a través de esta abertura en el nacimiento y forman un saco en la espalda del bebé, y generalmente los tejidos y los nervios quedan expuestos.
Esto hace que el bebé sea propenso a tener infecciones que ponen en riesgo su vida.
SÍNTOMAS:
Los signos y síntomas de la espina bífida varían según el tipo y la gravedad.
Aún así hay que tener en cuenta que los síntomas también pueden ser diferentes en cada persona.
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Espina bífida oculta: Debido a que los nervios raquídeos, generalmente, no están afectados, no suele manifestarse ningún signo ni síntoma.
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Meningocele: Las membranas que rodean la médula espinal sobresalen a través de una abertura en las vértebras y forman un saco lleno de líquido, pero este saco no comprende la médula espinal.
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Mielomeningocele: En esta forma grave de espina bífida:
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El conducto vertebral queda abierto en varias vértebras en la parte inferior o media de la espalda.
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Tanto las membranas como la médula espinal o los nervios sobresalen en el nacimiento y forman un saco.
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Los tejidos y los nervios suelen quedar expuestos, aunque a veces la piel cubre el saco.
CAUSAS:
Los médicos no están seguros acerca de qué provoca la espina bífida.
Al igual que sucede con muchos otros problemas, parece ser el resultado de una combinación de factores de riesgo genéticos y ambientales, como antecedentes familiares de defectos del tubo neural y deficiencia de folato.
FACTORES DE RIESGO:
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Deficiencia de folato.
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Antecedentes familiares de defectos del tubo neural.
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Algunos medicamentos.
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Diabetes.
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Obesidad.
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Aumento de la temperatura corporal.
COMPLICACIONES:
Dependiendo de la gravedad de la espina Bídida de cada persona se presentaran más o menos complicaciones.
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Problemas para caminar y de movilidad: Los nervios que controlan los músculos de las piernas no funcionan de manera adecuada por debajo de la zona del defecto de la espina bífida.
Lo que provoca debilidad muscular en las piernas, que, a veces, implica parálisis.
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Complicaciones ortopédica: Algunos de los posibles problemas son curvatura de la columna vertebral (escoliosis).
Crecimiento anómalo o dislocación de la cadera, deformidades de los huesos y de las articulaciones, contracturas musculares y otros problemas ortopédicos.
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Problemas intestinales y en la vejiga: Los nervios de la vejiga y de los intestinos no suelen funcionar de manera correcta cuando los niños padecen mielomeningocele.
Esto ocurre porque estos nervios provienen de la parte más baja de la médula espinal.
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Acumulación de líquido en el cerebro (hidrocefalia). Los bebés que nacen con mielomeningocele, con frecuencia, tienen una acumulación de líquido en el cerebro, una afección conocida como «hidrocefalia».
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Mal funcionamiento de la derivación. Las derivaciones pueden infectarse o dejar de funcionar. Los signos de alerta pueden variar
Algunos signos de alerta de una derivación que no funciona son dolores de cabeza, vómitos, somnolencia, irritabilidad, hinchazón o enrojecimiento en la derivación, confusión, cambios en los ojos (mirada fija hacia abajo), problemas con la alimentación o convulsiones.
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Malformación de Chiari de tipo II: El tronco encefálico, o la parte inferior del cerebro sobre la médula espinal, es alargado y se encuentra más abajo de lo normal. Esto puede causar dificultad para respirar y tragar.
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Infección en los tejidos que rodean el cerebro (meningitis): Algunos bebés con mielomeningocele pueden contraer meningitis, infección en los tejidos que rodean el cerebro.
Esta infección potencialmente mortal tal vez provoque una lesión cerebral.
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Médula espinal anclada: La médula espinal anclada se produce cuando los nervios raquídeos se adhieren a la cicatriz donde el defecto se cerró quirúrgicamente
Lo que hace que la médula espinal tenga menos capacidad para crecer a medida que el niño crece.
Este anclaje progresivo puede causar la pérdida de la función muscular en las piernas, en el intestino o en la vejiga.
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Respiración asociada a trastornos del sueño: Tanto los niños como los adultos con espina bífida, en particular con mielomeningocele, pueden tener apnea del sueño u otros trastornos del sueño.
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Problemas de la piel. Los niños con espina bífida pueden tener heridas en los pies, en las piernas, en las nalgas o en la espalda.
No pueden sentir cuando se les forma una ampolla o una llaga.
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Alergia al látex. Los niños con espina bífida presentan un mayor riesgo de tener alergia al látex, una reacción alérgica al caucho natural o a los productos de látex.
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