¿Sabías que el 80% de la información necesaria para nuestra vida cotidiana implica el órgano de la visión, los ojos?

Esto supone que la mayoría de las habilidades que poseemos, de los conocimientos que adquirimos y de las actividades que desarrollamos las aprendemos o ejecutamos basándonos en información visual.

Y es que la visión representa un papel bastante importante si pensamos en la autonomía y a la forma de desenvolverse para cualquier persona, especialmente, durante el desarrollo infantil.

No obstante, las diferentes patologías o alteraciones oculares pueden reducir o anular la entrada de esta información visual tan imprescindible para nuestro día a día.

¿QUÉ ES LA DISCAPACIDAD VISUAL?

Se considera que hay una discapacidad visual cuando existe una disminución total o parcial de la vista.

Ésta se mide a través de diversos parámetros, como la capacidad lectora de cerca y de lejos, el campo visualo la agudeza visual.

En este sentido, cuando se habla en general de ceguera o deficiencia visual se está haciendo referencia a una limitación total o muy seria de la función visual en uno o varios de esos parámetros.

Es decir, se trata de personas que, o bien no ven absolutamente nada, o bien, en el mejor de los casos, incluso llevando gafas o utilizando otras ayudas ópticas, ven mucho menos de lo normal y realizando un gran esfuerzo de enfoque.

Esta pérdida grave de la visión se ve reflejada en la limitación de la autonomía a la hora de poder desplazarse, realizar actividades diarias o acceder a la información.

Las personas con discapacidad visual tambien tienen limitaciones a la hora de poder participar en entornos como sería la educación, un trabajo, ocio… ya no sólo por las barreras arquitectónicas, sino por barreras sociales.

¿CÓMO PUEDES CONOCER TU GRADO DE DISCAPACIDAD VISUAL?

Es posible conocer el grado de discapacidad visual, en caso de alcanzarlo, en centros médicos públicos de todas las provincias de España mediante una prueba oftalmológica específica.

FOLLETO ¡MIRA!:

Ahora que conocéis un poquito más las dificultades que presenta una persona con discapacidad visual, os presento el folleto MIRA de la ONCE.

Que nace con la intención de enseñar a la sociedad con un toque de humor, el cómo relacionarse con las personas ciegas.

Y es que el folleto ¡MIRA!, mediante las ilustraciones de Álvaro Núñez y un toque de humor, muestra a la sociedad cómo relacionarse e interactuar con las personas ciegas.

Ofreciendo unas sencillas recomendaciones para resolver con absoluta naturalidad las situaciones a las que se enfrentan las personas ciegas o con discapacidad visual grave.

Sus páginas recogen un buen número de realidades de la vida cotidiana protagonizadas por personas ciegas a través de las cuales explica al lector cómo las personas con ceguera tienen diversas formas de obtener información y cómo actuar con normalidad ante ellas, para evitar la diferencia en el trato y la sobreprotección.

 
¡Mira! El folleto ilustrado de la ONCE

ALGUNAS RECOMENDACIONES A LA HORA DE INTERACTUAR CON UNA PERSONA CON DISCAPACIDAD VISUAL:

Lo primero que tenemos que tener claro es que el trato con una persona con deficiencia visual no tiene por qué diferir del que tenemos con otra persona.

Normalmente son suficientes unas simples recomendaciones de buenas relaciones sociales, para no meter la pata y sentirnos cómodos ante una persona con discapacidad visual.

El respeto a la persona con deficiencia visual se debe reflejar entre otras cosas en:

  • Presentar antes de ofrecer ayuda, el hecho de que una persona tenga una discapacidad visual no debe llevarnos a suponer que necesita de nuestra ayuda.

  • No forzar a recibir una ayuda no necesaria, en muchos casos cuando una persona solicita una ayuda puntual (cruzar una calle, el número del autobús que se acerca, …) nos empeñamos en imponer nuestra ayuda más allá de lo que la persona necesita.

  • Evitar la sobreprotección.

  • No generalizar, el comportamiento de una persona con discapacidad visual no tiene porque ser igual al de otra. Existen muchas diferencias tanto a nivel de autonomía, unos pueden no necesitar o necesitar mínimamente nuestra ayuda y otros por el contrario la necesitan en un mayor número de ocasiones,

Comunicación

  • Hablar en un tono normal, despacio y claro. No gritar o elevar la voz, las personas con deficiencia visual, en general, oyen perfectamente.

  • No sustituir el lenguaje verbal por gestos, pues estos, en muchos casos, no podrán ser percibidos por la otra persona.

  • Ser específico y precisos en el mensaje, a fin de no confundir o saturar a la persona.

  • No utilizar palabras como «aquí», «allí», «esto», «aquello»… ya que van acompañadas con gestos que no pueden verse por la persona. En estas situaciones es preferible utilizar términos más orientativos como «a izquierda de la mesa», «a tu derecha», «delante de la puerta», «detrás de ti». En ocasiones, puede ser también útil conducir la mano de la persona hacia el objeto e indicarle de lo que se trata.

  • Utilizar normalmente las palabras «ver», «mirar», etc.; no considerarlas como términos tabú pues las propias personas con ceguera y deficiencia visual las utilizan normalmente en sus conversaciones.

  • Evitar exclamaciones que pueden provocar ansiedad a la persona tales como «¡ay!», «¡ay!», «cuidado», …, cuando veamos un peligro para ella como puede ser una puerta abierta o un obstáculo en la acera. Es preferible emplear una exclamación más informativa, como «alto», con el fin de evitar que siga avanzando y explicarle después, verbalmente, el peligro o ayudarle para que pueda evitarlo.

Interacción social

  • Hablar dirigiendo nuestra mirada a su cara.

  • Dirigirse directamente a la persona con deficiencia visual para saber lo que quiere o desea y no al acompañante.

  • Utilizar el nombre de la persona, si se conoce, para que tenga claro que nos dirigimos a él.

  • Presentarse, identificarse con el fin de que la persona sepa con quien se encuentra, por lo que deberemos decirles nuestro nombre e indicarles, si procede, quienes somos o lo que hacemos. Y por supuesto, en caso de conocer a la persona no jugar a las adivinanzas, ¿quién soy?

  • Para saludar, si la persona no extiende la mano, podemos coger la suya para hacerle saber que queremos saludarle.

  • Avisar a la persona cuando nos vamos o abandonamos la habitación, de lo contrario puede dirigirse a nosotros pensamos que aún permanecemos con ella. Igualmente, si regresamos es conveniente indicarle nuestra vuelta.

  • Indicarle si hay otra u otras personas presentes.

  • Comunicar, si es necesario, que se está haciendo o se va a hacer. «Un momento, estoy llamando al encargado»… La vista es un sentido primordial para obtener información.

    Cuando entramos en un edificio, esperamos para obtener una información o un servicio y no necesitamos en general una información verbal para saber si se nos atiende o se nos ha visto e incluso si hay alguien a quien dirigirnos.

FUENTE: ONCE

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