Cada 16 de octubre se celebra el dia mundial de la Parada cardiaca para recordarnos la importancia de aplicar la técnica de reanimación cardiopulmonar para salvar vidas, en caso de ocurrir una emergencia.
Y es que si tenemos en cuenta las estadísticas de mortalidad, las enfermedades cardiovasculares (infartos de miocardio y los accidentes cerebro vasculares) constituyen la primera causa de muerte en el mundo.
De forma que el objetivo de este día no es otro que el de preparar a la población con conocimientos básicos ante la ocurrencia de una emergencia hasta recibir la asistencia médica y de esta manera salvar vidas.
Generalmente todo pensamos que jamás vamos a encontrarnos en un momento de emergencia en el que tengamos que realizar acciones de reanimación, pero esas cosas nunca se sabe.
Si tenemos un mínimo de conocimientos, siempre nos ayudara a mantener la calma en esos momentos donde uno debe de actuar y reaccionar de forma rápida, de forma que los primeros auxilios son verdaderamente importantes y la mayoría de la gente no sabe mucho de ellos.
Parece que nunca pasa nada hasta que pasa y el accidente ocurre de repente y por sorpresa.
Por este motivo, todos debemos estar preparados y saber actuar durante los primeros minutos hasta que llegue la asistencia médica. Si sabemos actuar en estos primeros momentos podemos salvar una vida, por eso la importancia de los primeros auxilios.
Es la primera y decisiva reacción antes de que un profesional de la salud se haga cargo de la situación.
Aprender a afrontar estos momentos y tener conocimientos básicos en esta materia es crucial.
Por esto, este Día Mundial se centra en la importancia de que todas las personas aprendan Primeros Auxilios.
No hay que olvidar que la tasa de supervivencia de un paro cardíaco que ocurre sin la debida atención médica es muy baja, razón por la cual es de vital importancia divulgar información acerca de las nociones básicas para aplicar la maniobra de Reanimación Cardiopulmonar (RCP).
¿CUALES SON LOS OBJETIVOS DE LOS PRIMEROS AUXILIOS?
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Mantener vivo al accidentado.
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Evitar nuevas lesiones o complicaciones.
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Poner al accidentado lo antes posible en manos de servicios médicos.
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Aliviar el dolor.
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Evitar infecciones o lesiones secundarias.
ALGUNOS CONSEJOS GENERALES:
Siempre que se presten primeros auxilios hay que seguir unos consejos generales:
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Actuar con rapidez pero conservando la calma.
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Evitar aglomeraciones.
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Saber imponerse.
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No mover a la persona herida salvo que sea imprescindible.
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Traslado adecuado.
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No dar al herido de beber, comer o medicar.
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Tranquilizar al herido.
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Mantener al herido caliente.
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Hacer solo lo imprescindible.
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Si no se sabe, abstenerse.
FASES DE ACTUACIÓN: «P A S»
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PROTEGER EL LUGAR DE LOS HECHOS
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Protección del accidentado y del socorrista. Es preferible alejar el peligro que movilizar al accidentado.
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Hay que hacer seguro el lugar de la emergencia (señalizar, retirar peligros, iluminar…):
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Fugas de gas: cortar el gas, no encender fuego, no fumar.
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Coche: quitar contacto, aparcar bien, señalizarlo.
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Electricidad: desconectar la corriente antes de tocar al accidentado.
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AVISAR A LOS SERVICIOS DE SOCORRO: 112:
Informar correctamente sobre:
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Lugar exacto.
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Tipo de accidente.
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Número de heridos y situación.
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Identificarse (las llamadas anónimas no inspiran confianza).
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Colgar en último lugar.
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SOCORRER: APLICAR LOS CONOCIMIENTOS
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Actuar rápidamente pero con calma.
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Actuar siguiendo un orden de prioridades:
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Salvar la vida.
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Evitar que se agraven las lesiones.
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Realizar maniobras sencillas encaminadas a evitar lesiones (no somos médicos).
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Como norma general no inmovilizar al accidentado. Si hubiera que hacerlo, moverlo en bloque.
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Organizar: alejar a los curiosos, dar instrucciones.
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VALORACIÓN DEL ACCIDENTADO:
En la Valoración inicial de un accidentado nos debemos marcar como objetivo prioritario el reconocimiento de lesiones o situaciones que sean potencialmente peligrosas para la vida del paciente.
A su vez, hay que tener muy claro que las maniobras a realizar, se deben practicar en el lugar del accidente.
Salvo que concurran situaciones potencialmente peligrosas tanto para el herido como para el rescatador, como son la presencia de humos, gases, sustancias explosivas, riesgos de derrumbamiento, …
En dichas situaciones se practicarán rescates de emergencia previos a la valoración del paciente.
1. Valoración del accidentado:
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Evaluación Primaria: Se debe valorar el estado de conciencia (comprobar si responde), y valorar la respiración (oír, ver y sentir la respiración).
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Evaluación Secundaria: Consiste en una exploración complementaria del paciente, para detectar otras lesiones: hemorragias, heridas, quemaduras, fracturas, etc., y aplicarles primeros auxilios hasta la llegada de los servicios médicos pertinentes.
2. SOPRTE VITAL BÁSICO (SVB) Y REANIMACIÓN CARDIOPULMONAR BÁSICA (RCP BÁSICA)
En ocasiones, por diversas causas, la respiración y la circulación de una persona se interrumpen de forma brusca, inesperada y potencialmente reversible.
Esa interrupción se conoce con el nombre de parada cardiorrespiratoria (PCR).
Si esta situación se prolonga durante algunos minutos, la persona que la sufre muere, porque sus células dejan de recibir oxígeno y alimento.
El cerebro no resiste esta situación más de 4 o 5 minuto, por este motivo es importante actuar de forma inmediata.
Las maniobras de RCP básica tratan de sustituir la falta de respiración, ejecutando la ventilación artificial mediante la técnica conocida como «ventilación boca a boca».
Y la falta de latido cardíaco, ejecutando compresiones torácicas, es decir mediante el «masaje cardíaco».
La RCP básica la puede ejecutar cualquier persona entrenada sin necesidad de dispositivos especiales.
¿CUAL ES EL PROTOCOLO DE ACTUACIÓN ANTE UNA PARADA CARDIORRESPIRATORIA?
1. Valorar su estado de consciencia
Arrodillado a la altura de los hombros de la persona accidentada, preguntarle que le ocurre y sacudirle ligeramente.
Si la persona está consciente seguir pasos de la evaluación primaria y secundaria.
Si la persona no responde, es decir, está inconsciente, se debe pedir ayuda de forma inmediata.
Debe gritar pidiendo ayuda. Haga que alguien telefoneé al 112 e indique su situación y lo que está ocurriendo.
2. Abrir la vía aérea y valorar la respiración
Ante una persona inconsciente de la que sospechemos haya podido sufrir un parada cardiorrespiratoria, lo ideal es colocarla en el suelo, siendo un plano duro y horizontal.
Tumbada boca arriba, es decir, decúbito supino, con los brazos estirados a lo largo del cuerpo.
Aflojar todas las ropas que puedan oprimirle y desvestir el tórax.
Tras gritar pidiendo ayuda, y haber colocado con cuidado a la víctima en posición de RCP, se debe abrir la vía aérea.
Es muy importante que el camino que debe seguir el aire desde el exterior hasta los pulmones esté despejado.
Cuando una persona pierde el conocimiento, lo más probable es que su lengua «caiga» hacia atrás y obstruya el paso hasta los pulmones.
Es necesario, por tanto, realizar una maniobra de extensión del cuello inclinando hacia atrás, lo más posible, la cabeza del paciente.
De esta forma la lengua se eleva y deja libre el paso del aire.
La maniobra, conocida como maniobra frente-mentón, se realiza colocando una mano en la frente de la víctima y dos dedos de la otra mano en su barbilla, y procediendo entonces a practicar una extensión máxima del cuello tirando con cuidado de la cabeza hacia atrás.
Además de la lengua, otros obstáculos pueden impedir el paso de aire.
Debemos mirar dentro de la boca y extraer restos de comida, dentaduras postizas, etc., y si son visibles extraer con dedos en «gancho».
Una vez abierta la vía aérea debemos comprobar si el paciente respira o no.
Lo ideal es acercar nuestra oreja y nuestra mejilla a la boca y nariz del accidentado para «sentir y escuchar» su respiración.
A la vez nuestra mirada debe dirigirse al tórax del paciente para ver si existen movimientos respiratorios.
No deben emplearse más de 10 segundos.
Normalmente, la simple maniobra de apertura de vías es suficiente para recuperar la respiración espontánea.
Continuar la evaluación primaria y secundaria y, si sus lesiones no lo impiden colocarlo en posición lateral de seguridad hasta la llegada del personal especializado.
Se debe pedir ayuda de nuevo, y revalorar periódicamente comprobando que la víctima continúa respirando con normalidad.
3. Si el paciente no respira: CONSEGUIR AYUDA
El reanimador debe llamar al 112 si está solo o enviar a alguien.
Se debe indicar que se va a iniciar la maniobra de RCP.
4. Iniciar RCP
En el momento de detectar una ausencia respiratoria deben iniciarse maniobras de resucitación.
Lo primero que debe hacer el reanimador es dar 30 compresiones torácicas, mediante lo que se denomina como masaje cardíaco:
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Recordar que la víctima debe estar sobre un plano duro.
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Colocarse de rodillas a un lado de la víctima, a la altura de sus hombros.
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Se sitúa el talón de la mano en el centro del pecho (donde se encuentra el punto donde se cruzarían dos líneas imaginarias que fueran, una de ellas de mamila a mamila y, otra, de nariz a ombligo), y el talón de la otra mano sobre la primera.
Entrelazar los dedos y asegurarse de no aplicar presión sobre las costillas, parte superior del abdomen o parte final del esternón.
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Colocar verticalmente sobre el pecho de la víctima, y con los brazos rectos, comprimir el esternón de 4 a 5 centímetros.
Tras cada compresión, se debe liberar la presión sobre el pecho sin que las manos dejen de contactar con él y repetir las compresiones a un ritmo de 100 por minuto.
Para no perder la cuenta es recomendable contar en voz alta de cinco en cinco compresiones o a partir de la nº 25.
Tras comenzar el masaje cardíaco, el reanimador debe combinar las 30 compresiones con 2 ventilaciones de rescate.
Para ello, ha de abrir de nuevo la vía aérea (maniobra frente-mentón) y pinzar la nariz con los dedos índice y pulgar de la mano colocada sobre la frente del paciente.Tomar una inspiración normal (Vol. Unos 500 cc.) e insuflar firmemente el aire en la boca de la víctima durante 1 seg., comprobando que el pecho se eleva.
Esta técnica de respiración artificial se conoce como ventilación boca a boca. Retirar la boca de la víctima y, manteniendo la vía aérea abierta, comprobar que el pecho desciende conforme sale el aire insuflado.
En este caso, respiración boca a boca o sus variantes insuflando aire directamente sobre el paciente.
Repetir la maniobra para aplicar, así, 2 ventilaciones de rescate efectivas.
Hecho esto y sin retraso, el reanimador debe colocar sus manos en el centro del pecho y dar 30 compresiones torácicas.Debe proseguir, ininterrumpidamente, combinando compresiones torácicas y ventilaciones de rescate a un ritmo de 30:2.
Si la primera ventilación de rescate no consigue elevar el pecho, antes del siguiente intento se debe revisar la boca de la víctima, y sacar de ella cualquier cuerpo extraño, así como confirmar que la maniobra se está ejecutando correctamente.
La RCP debe realizarse de forma continua hasta que: llegue la ayuda cualificada y se haga cargo de la situación, la víctima comience a respirar con normalidad, o el reanimador llegue a estar agotado.
5. Posición lateral de seguridad
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Apartar el brazo que está entre el socorrista y el herido y ponerlo cerca de la cabeza.
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Flexionamos la pierna más lejana del herido y acercamos la mano a la rodilla de dicha pierna sin estirarle el brazo, sino llevando la rodilla hacia el brazo.
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Haciendo fuerza, hacemos girar al herido desde la rodilla y el hombro hasta que descanse sobre la rodilla flexionada, recogemos el brazo que gira externamente para darle dos puntos de soporte (rodilla y brazo).
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Rectificar la posición de la cabeza para mantener la vía aérea abierta.
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Le abrimos la boca para facilitar el vómito y escuchamos si se mantiene la respiración.
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