El 28 de Marzo se celebra el Día Mundial de la enfermedad pulmonar obstructiva, también conocida como EPOC, por lo que hoy os contamos de que trata y cómo prevenirla.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha alertado de que en el año 2030 la EPOC será la cuarta causa de muerte en el mundo si no se toman medidas de prevención.
En España, en la actualidad (datos de 2017), afecta a 2,2 millones de personas.
La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) dificulta la respiración. Los tipos principales de EPOC son la bronquitis crónica y el enfisema.
La causa principal de esta enfermedad es la exposición prolongada a sustancias que irritan y dañan los pulmones, en general, el humo de cigarrillo. Sin embargo, la contaminación ambiental, vapores químicos y polvo también pueden causarla.
Es posible que, al comienzo, la EPOC no cause síntomas o estos sean muy leves. A medida que la enfermedad avanza, los síntomas empeoran y se vuelven más graves. Estos incluyen:
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Tos con mucha flema
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Dificultad para respirar, sobre todo al ejercitarse
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Sibilancias
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Opresión en el pecho
La enfermedad pulmonar obstructiva crónica consiste en un daño del pulmón progresivo, crónico e incurable producido por una disminución persistente del paso del flujo de aire a los pulmones. Esto hace que su expulsión desde ellos sea dificultosa.
Aunque en el asma también se da una restricción del aire, no tiene nada que ver con esta enfermedad. Sin embargo, no es raro que las personas que sufren EPOC tengan también cierto grado de asma
Por lo general, la EPOC afecta más a partir de los 40 o 50 años y puede darse en ambos sexos.
Las causas son:
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El tabaco (también el pasivo)
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El haber estado durante mucho tiempo expuestos al humo de cocinas o estufas de leña, entre otros, por una excesiva contaminación ambiental o laboral.
Los doctores diagnostican la EPOC por medio de pruebas de función pulmonar, diagnósticos por imágenes y exámenes de sangre. No existe una cura.
El tratamiento puede aliviar los síntomas. Este incluye medicamentos, terapia con oxígeno, cirugía o trasplante de pulmón. Dejar de fumar es el paso más importante que usted puede dar para tratar la EPOC.
Para diagnosticar la enfermedad:
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Basta con una sencilla prueba llamada: Espiometría.
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Con los resultados de esta prueba, junto con el peso del paciente, síntomas y la capacidad de ejercicio se diagnostica la gravedad de la EPOC.
Sufrir EPOC afecta mucho a la calidad de vida. Limita la actividad física e incluso el desarrollo de las tareas diarias.
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Los pacientes con EPOC presentan de forma más frecuente otras enfermedades asociadas: la hipertensión arterial, insuficiencia cardiaca o dislipemia. A más edad, más riesgo de padecerlas.
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Todas estas enfermedades pueden agravar la EPOC, empeorar la calidad de vida, complicar los tratamientos y el aumentar los ingresos hospitalarios.
La EPOC no tiene cura. Sin embargo, existen formas de aliviar los síntomas y de evitar su progresión:
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Abandono del tabaco.
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Medicamentos que facilitan la respiración, como inhaladores broncodilatadores, antiinflamatorios potentes (corticoides) o antibióticos. Todos estos fármacos solo deben utilizarse por indicación del médico.
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Cuando los niveles de oxígeno en sangre están muy disminuidos, es necesario que la persona que sufre EPOC tenga una máquina de oxígeno en casa y la utilice durante determinadas horas al día para poder respirar mejor.
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La fisioterapia pulmonar es efectiva para mejorar la calidad de vida del enfermo, pero en ningún caso es curativa.
Como hemos comentado, la EPOC no tiene cura, pero si que puedes hacer algo para prevenirla, como puede ser:
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Dejar de fumar y no estar en en ambientes cargados de humo.
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Seguir una dieta sana y equilibrada, rica en frutas, verduras, pescados y carnes magras y evitar las temperaturas extremas.
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Aprender a manejar el estrés.
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En algunos centros sanitarios y asociaciones existen grupos de apoyo para pacientes con EPOC.