Cada 25 de febrero se celebra el día Internacional del implante coclear, este año bajo el lema promovido por la OMS de: “Para oír de por vida, ¡escucha con cuidado!”
Ya que los datos de l os últimos estudios son bastantes alarmantes, puesto que la previsión para el año 2050 es que existan en todo el mundo 700 millones de personas con problemas graves de pérdida de audición.
Actualmente, podemos afirmar que 1.100 millones de jóvenes corren el riesgo de perder audición debido a prácticas auditivas poco seguras y que el 40% de las personas de entre 12 y 35 años de los países con ingresos altos y medianos están expuestos a niveles sonoros perjudiciales en los locales de ocio.
Por lo que dispositivos como el implante coclear son tan necesarios, ya que hoy en día ya ayudan a oír a 18.000 personas en nuestro país.
En el mundo hay un total de 72 millones de personas sordas, de las cuales algo mas del millar habitan en España.
Algunas de éstas personas consiguen poder oir gracias a la ayuda de los audífonos o los implantes cocleares.
Y es que hoy en día es posible que los niños con pérdida auditiva severa y profunda y los adultos que han perdido la audición, tengan la posibilidad de acceder a todos los sonidos.
Por lo que con la ayuda del Implante Coclear, pueden tener acceso a los sonidos del habla, algo que era impensable para ellos.
Pero antes de explicaros lo que es un implante coclear, empezaré con un poco de rollo para que podáis entender bien su función.
¿CÓMO FUNCIONA EL OÍDO Y CÓMO NOS LLEGAN LOS SONIDOS?
En un normoyente, las ondas sonoras atraviesan el oído externo hasta llegar al tímpano, o membrana timpánica.
Las ondas inician su vibración y pone en movimiento la cadena osicular, formada por tres huesecillos: martillo, yunque y estribo.
Éstos, a su vez, transfieren la energía hacia el oído interno; los fluidos contenidos en este oído interno entran en movimiento, provocando que las células ciliadas transformen estas vibraciones en impulsos eléctricos.
Dichos impulsos se transmitirán a través de las fibras nerviosas auditivas al cerebro.
En algunos tipos de sordera profunda, hay una destrucción de las células ciliadas.
El Implante Coclear sustituye dichas células enviando señales al cerebro.
El implante coclear está considerado como uno de los grandes avances médicos de la historia reciente y, sin duda, como el más importante en el ámbito de la salud auditiva.
Gracias al implante coclear más de 300 mil personas en el mundo y más de 18.000 en España han vuelto a oír y emocionarse con los sonidos que les rodean.
El implante coclear cambia la vida de adultos y niños porque les permite:
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Oír mejor que con una prótesis auditiva en casos de pérdida de severa a profunda.
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Mantener conversaciones en entornos ruidosos.
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Hablar por teléfono y escuchar música.
Se trata un transductor que transforma las señales acústicas en señales eléctricas que estimulan el nervio auditivo.
Estas señales eléctricas son procesadas a través de las diferentes partes de que consta el Implante Coclear, las cuales se dividen en Externas e Internas
¿QUE PARTES TIENE UN IMPLANTE COCLEAR?
EXTERNAS:
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Micrófono: Recoge los sonidos, que pasan al Procesador.
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Procesador: Selecciona y codifica los sonidos más útiles para la comprensión del Lenguaje.
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Transmisor: Envía los sonidos codificados al Receptor.
INTERNAS:
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Receptor-Estimulador: Se implanta en el hueso mastoides, detrás del pabellón auricular. Envía las señales eléctricas a los electrodos.
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Electrodos: Se introducen en el interior de la cóclea (oído interno) y estimulan las células nerviosas que aún funcionan.
Estos estímulos pasan a través del nervio auditivo al cerebro, que los reconoce como sonidos y se tiene la sensación de «oír».
Ambas partes, externa e interna, se ponen en contacto por un cable y un imán.
CLASIFICACIÓN DE LAS PÉRDIDAS AUDITIVAS:
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Pérdida auditiva leve (20-40 dB)
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Dificultad en determinados fonemas: Dislalias audiógenas.
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Ciertos problemas de lecto-escritura.
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Hay lenguaje de manera natural.
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Pérdida auditiva moderada (40 a 70 dB)
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Dificultad con más número de fonemas: Dislalias generalizadas.
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Problemas de comprensión por la dificultad de percepción.
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Problemas de lecto-escritura.
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Hay lenguaje.
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Pérdidas auditivas severas (70 a 90 dB)
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No hay habla o sólo dice palabras sueltas, las que percibe con mayor intensidad.
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Tiene cierta experiencia sonora.
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Voz muy alterada.
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No tiene prosodia.
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Pérdidas auditivas profundas (+ 90 Db)
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No hay conciencia sonora.
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No hay habla espontánea.
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No tiene control de voz.
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