Hoy, 6 de junio, se celebra el Día Internacional de los Pacientes Trasplantados de la mano de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Nacional de Trasplantes (ONT). 

Recuerdo cuando fué la primera  vez que escuché la palabra transplante y donación,  tenía 7 años, lo tengo grabado como si fuese ayer. 

Vino mi tía de pueblo para dar a luz a sus mellizos, por desgracia uno de ellos nació con un defecto en el corazón. 

Supongo que en ese momento hubiese venido genial otro corazoncito para que él, para que hoy en día, hubiese seguido con vida, pero no fue así y al poco tiempo de nacer no aguantó más.

Recuerdo que yo no entendía mucho por aquel entonces que era lo que estaba sucediendo, y no paraba de preguntar que qué significaba todo aquello.

Entonces recuerdo que me senté al lado de mi tía acariciando la manita de David, el bebé que sí vino a casa, y entre ella y mi padre me explicaron que habían «donado el cuerpo de Jesús, mi otro primo, a la ciencia». 

Eso me llamo la atención, pero no lo comprendí hasta que me dijeron: “lo hemos dejado allí para que puedan estudiar al primo, y si otro bebé que nazca igual, que puedan curarlo rápido”.

dia internacional del paciente trasplantado

Desde ese día decidí que quería ser donante de órganos, mis tíos me dieron una lección de vida que jamás olvidaría, muchas gracias.

Según datos de la ONT, nuestro país cuenta con la mayor tasa de donación de órganos del mundo: 48,9 donantes por millón. 

No obstante, son muchas las personas que conviven con enfermedades poco frecuentes, o con enfermedades que su patología hace peligrar su vida, para las que un trasplante es su principal esperanza.

Queremos hacer visible la necesidad de fomentar la donación de órganos, porque donar salva vidas.

Hoy por hoy, los trasplantes se han convertido en una técnica médica muy desarrollada con múltiples beneficios para los pacientes.

Pero no hay que olvidar que para ello, es imprescindible contar con la existencia de donantes que, de forma altruista, colabore con una causa que mueve a millones de personas.

El trasplante es la única solución para muchas personas que no pueden curarse con cualquier otro tratamiento.

Un transplante es simplemente la sustitución de un órgano o tejido enfermo por otro sano y que tenga una funcionalidad correcta. 

En nuestro país, el transplante y la donación de órganos se encuentra regulado por la Ley de Transplantes, con dos características principales:

  • Altruismo de la donación: nadie puede donar ni recibir un transplante con otras intenciones o medios que no sea la solidaridad altruista.

  • Equidad en acceso al transplante: todos tenemos el mismo derecho y las mismas posibilidades de recibir un transplante, independientemente de nuestro lugar de residencia o de cualquier otra coyuntura personal. Esto es así, porque existe una red nacional de coordinación y transplantes, sometida a rigurosos controles para verificar la igualdad de todos los ciudadanos.

¿QUIEN PUEDE SER DONANTE?

Puede ser donante de órganos toda persona que en vida decida que, a su muerte, sus órganos sirvan para salvar o mejorar la vida de otros. 

Sin embargo, hay que tener en cuenta que apesar de nuestro deseo de ser donante de órganos, no todos podremos serlo. 

Para que ésto ocurra, lo primero qeu hay que tener en cuenta, es que para ello, es necesario que el fallecimiento ocurra en una Unidad de Cuidados Intensivos de un hospital. 

Es en estas unidades dónde es posible realizar la preservación de los órganos y las pruebas necesarias para realizar una correcta valoración de cada potencial donante.

Será el equipo médico quien, una vez realizadas todas las pruebas necesarias, dictamine si el fallecido puede ser donante y de qué órganos. 

Puede ser donante toda persona viva o después de muerta, sin importar la edad, el sexo, la etnia o la religión, que cumpla los requisitos. 

¿QUE SE PUEDE DONAR?
Se pueden donar órganos como el corazón, los pulmones, el hígado, los riñones, el páncreas y el intestino.

Tejidos como las córneas, la piel, los huesos, los vasos sanguíneos, válvulas cardiacas, cartílagos, tendones y nervios.

De echo, gracias a un donante de hueso, alguien que hizo algo de manera altruista y sin esperar nada a cambio, yo conservo la estructura de mi pierna. Estaré siempre agradecida.

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