«Al agua con prudencia» es el eslogan que este recién estrenado verano proponen los profesionales del Hospital Nacional de Parapléjicos para su habitual campaña que pretende la prevención de lesiones medulares como consecuencia de una mala zambullida.

Según los datos aportados por la dirección médica del centro sanitario toledano, un total de cuatro personas, dos niños de 12 y de 14 años y dos jóvenes de 25 y 31 años,  ingresaron en el Hospital Nacional de Parapléjicos el pasado 2018.

Todos ellos con lesiones cervicales que provocaron una tetraplejia y que pudieron haberse evitado sencillamente con prudencia.

En la línea de años anteriores,  la consigna hace hincapié en una actitud de prudencia a la hora de saltar al agua, pues es la clave para evitar este tipo de lesiones, como en la gravedad de una lesión cervical, la más común de la lesión medular por zambullida, que genera una tetraplejía.

 

Si la lesión es completa supone, desde el punto en que se produce la lesión, la interrupción de mensajes de ida y vuelta del cerebro al resto del cuerpo a través de la médula espinal, lo que se traduce en falta de movilidad y de sensibilidad.

A esta iniciativa se suma que tanto los ayuntamientos como las comunidades de vecinos con piscinas que lo deseen podrán disponer del cartel de este año con mensajes preventivos para imprimirlo en alta calidad y ubicarlo en piscinas públicas y privadas, en playas y en zonas de baño de toda España.

El cartel lo puedes descargar pinchando aquí.

 

Profesionales del Hospital Nacional de Parapléjicos recuerdan la importancia de conocer la profundidad de una piscina, un río o el mar, sobre todo en relación con la altura desde la que uno se lanza.

En todo caso, el bañista ha de zambullirse con los brazos situados en prolongación del cuerpo, protegiendo así el cuello y la cabeza.

Si el agua está turbia y no hay visibilidad conviene inspeccionar previamente la zona para comprobar su profundidad y que no haya elementos sumergidos como rocas, árboles u otros objetos contra los que se puede impactar.

En lugares como ríos, lagos, playas o embalses los niveles del agua pueden variar de un día para otro por las mareas, aperturas o cierres de compuertas, por lo que es conveniente comprobar siempre la profundidad.

Otra recomendación es la de no saltar de cabeza desde demasiada altura, pues una mala técnica de entrada puede causarnos lesiones tan solo golpeándonos con el agua.

En el mar, si el bañista se lanza de cabeza contra las olas debe comprobar que la profundidad después de la ola es suficiente. En cualquier caso, sólo es aconsejable zambullirse cuando la seguridad sea completa.

Por otra parte, en caso de que se produzca un accidente, y ante la necesidad de la recogida y manipulación de la víctima, es muy importante inmovilizar el cuello, evitar movimientos de la columna y avisar a un profesional para que realice el traslado. No se debe transportar al lesionado en un vehículo utilitario.

Fuente: infomedula.org

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