Hola titánicos, del 1 al 8 de agosto se celebra la semana de la lactancia materna, este año bajo el lema «Cerrando la brecha: apoyo a la lactancia materna en todas las situaciones»
Un día que se centra en la importancia de que todas las madres que así lo deseen puedan amamantar con éxito a sus hijos, independientemente de las circunstancias diversas de cada mujer y cada familia
LA IMPORTANCIA DEL APOYO AL INICIO DE LA LACTANCIA MATERNA:
La falta de apoyo a la lactancia materna durante la primera semana afecta negativamente a la intención general de amamantar y a la prevalencia de la lactancia materna
Y es que varios estudios apuntan a que el indice de abandono de la lactancia durante las primeras 3 semanas es excesivamente alto y señalan como causas más probables la falta de información y apoyo que reciben las madres y sus familias.
Otro motivo de alarma es el hecho de que, en años anteriores, el indice de inicio de la lactancia materna era superior al 90%, por lo que se puede concluir que se está produciendo una clara tendencia a la baja.
EL PEDIATRA Y LA LACTANCIA MATERNA:
Dentro de las actividades preventivas que puede realizar un pediatra, la vacunación y la promoción de la lactancia materna son las que mayor impacto tienen en la salud infantil.
Los objetivos que deberían marcarse con respecto a la formación en lactancia materna de los residentes de pediatría tendrían que ser muy ambiciosos.
Toda lactancia que se pierde por falta de formación de los profesionales es un fracaso del sistema sanitario.
Hasta ahora en España no disponíamos de ninguna herramienta validada para estimar los conocimientos en lactancia materna.
TODOS QUEREMOS UNA VIDA MEJOR Y MAS SALUDABLE PARA NUESTROS HIJOS:
Hay especialistas que ya refieren que actualmente la causa más frecuente de inmunodeficiencia adquirida en la infancia es la exposición a las fórmulas artificiales.
La atención prioritaria a la infancia es un signo de desarrollo de un país. Parece ya demostrado que el amamantamiento se asocia a un mejor cociente intelectual y a una mayor capacidad de progreso social.
A veces para mejorar ciertos aspectos se requieren estrategias muy complejas y con inversiones económicas muy altas. Sin embargo, con respecto a la lactancia materna, somos afortunados.
Las estrategias de cambio no son complejas, están basadas en la evidencia, ampliamente difundidas y el coste para cada una de las instituciones es mínimo. Por tanto, una mayor sensibilidad de las administraciones sanitarias ayudará a que el impulso de los profesionales logre su objetivo final.
MEJORAR LAS TASAS DE LACTANCIA MATERNA EN ESPAÑA ES UN TRABAJO DE TODOS:
Existe un vacío sanitario alrededor de algo tan importante, y con beneficios para el bebé tan claramente probados.
Pero lamentablemente, la responsabilidad recae en la madre y la motivación personal de la matrona del centro
Necesitamos una cadena que empiece en el Ministerio de Sanidad y en las Consejerías de Sanidad de cada Comunidad Autónoma, que implique a las Sociedades Científicas, y que termine en los profesionales que están en contacto directo con las mujeres y los niños.
También, sin duda, la lactancia se puede apoyar desde el ámbito educativo y con el control del marketing que se hace en torno a los niños y la infancia en el que continuamente se utilizan objetos, símbolos o palabras que cuestionan o contradicen el apoyo a la lactancia y se envían mensajes confusos que llegan a los padres en momentos de gran vulnerabilidad.
Para la lactancia materna, con poco podemos hacer mucho y, ahora, gracias al instrumento de evaluación de conocimientos que se presenta en este número de Anales Españoles de Pediatría, todavía podremos hacerlo mejor.
ACTUALIDAD Y LACTANCIA:
Las recomendaciones acerca de la lactancia han pasado por muchas fases. En las últimas décadas, del “con el biberón, el niño no tiene ningún problema” se ha virado a “lactancia materna exclusiva (LME) a demanda, y al menos seis meses”, la última recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Existe un exceso de información, no siempre fidedigna, y una discordancia entre lo que indica el entorno a la nueva madre y lo que arroja la evidencia científica.
La responsabilidad final recae, una vez más, en la madre. Todo son comentarios, en su mayoría no solicitados, sobre el tipo o cantidad de leche, forma de pezón o agarre, incluso motivación suficiente para lograr una LME exitosa. Sin embargo, el paciente (en este caso la madre) solo recibe normas, sin explicación o instrucciones.
La verdad es que, como médica que cree en la sanidad pública, una se siente decepcionada con el sistema.
Existe un vacío sanitario alrededor de algo tan importante, con beneficios tan claramente probados. El posparto llega cargado de dudas, desinformación y, lo peor de todo, desatención.
La mujer importa, y de forma muy relativa, solo hasta que nace el bebé. ¿Qué pasa con el después?
Las cifras de depresión y demás psicopatologías en el puerperioson alarmantes, y la desatención absolutamente manifiesta. La paciente deja de serlo, sugiriéndose que ya ha “cumplido su labor”, cuando realmente queda lo más complejo.
Es un proceso tedioso de adaptación física, pero también mental, en el que no se recibe ningún tipo de soporte sanitario.
No existe una consulta específica de posparto más que con la matrona que, lógicamente, se limita a revisar las heridas más superficiales.
No se presta atención a la recuperación del suelo pélvico y no es de extrañar que, años más tarde, aparezcan problemas considerados nimios, como las pérdidas de orina, o problemas más graves cómo los prolapsos (el descenso de uno o más órganos pélvicos hacia el exterior por la cavidad vaginal).
No existe una asistencia sanitaria realmente encargada de este periodo tan crítico para la mujer.
Tampoco se establece una cita de seguimiento reglada para evaluar la esfera psicológica materna, o los posibles problemas que pudieran surgir o acrecentarse a raíz de la llegada del recién nacido.
SALUD MENTAL MATERNA:
Hasta un 80% de las mujeres sufre el famoso baby blues o tristeza posparto, que consiste en episodios de melancolía o tristeza que ocurren entre los dos y los cuatro días posteriores al parto y que suelen desaparecer pasadas unas tres semanas.
Aunque no suele precisar tratamiento médico, limita el adecuado desarrollo de la maternidad y exige apoyo psicosocial.
Además, hasta una de cada tres mujeres (OMS, 2023) puede derivar en un cuadro más grave: la depresión posparto. Cuadro con elevada morbimortalidad, que sí precisa de atención profesional.
Sin embargo, como suele ocurrir con la salud mental, estos trastornos anímicos están infravalorados.
SISTEMA JUGUETEA:
El sistema juguetea, sin tratar de forma realista, con la conciliación, y lo peor es que ninguna especialidad llega a cubrir realmente el fármaco más importante del recién nacido: la lactancia.
No es únicamente el hecho de tener que pagar los múltiples especialistas, que afortunadamente existen, aunque sea en el terreno privado, sino que nadie indica dónde recibir dicha ayuda.
Es imposible realizar una adecuada lactancia, salvo que todo vaya rodado, lo que ocurre en una minoría de los casos, sin tres cosas: tiempo, guía y apoyo.
La OMS recomienda lactancia materna al menos los seis primeros meses de vida del bebé, e idealmente durante los dos primeros años.
Son rotundos los beneficios tanto en la esfera psicológica como física (menor número de enfermedades digestivas, dentales, etcétera), sin embargo, el permiso de maternidad continúa siendo insuficiente
CONCIALIACIÓN PARA LA LACTANCIA MATERNA:
Con cuatro meses de baja apenas da tiempo a instaurar adecuadamente una lactancia, y aún faltarían dos meses para introducir la alimentación complementaria. Además, no existen medidas tangibles que ayuden a esa conciliación.
Los escasísimos días de lactancia conllevan el paso precoz al biberón o, al menos, a que la lactancia ya no sea exclusiva. A su vez, no hay ningún apoyo desde el sistema sanitario público.
El déficit de consulta específica de lactancia, que, actualmente, solamente está presente en ciertos centros de salud en función de la motivación personal de la matrona a la que corresponda, obliga a que aparezcan otras figuras no tan regladas.
Por un lado, los grupos de lactancia formados por personas altruistas, y por otro, un compendio de profesionales no cubiertos por el sistema público.
La asesoría de lactancia resulta cara, y es complicado saber de quién fiarse.
ABANDONO DE LA LACTANCIA MATERNA:
No se recibe ningún tipo de pauta ni a nivel ambulatorio, ni a nivel hospitalario, incluso cuando hay situaciones que deberían obligar a una vigilancia más estrecha (bajo peso al nacimiento, agarres inadecuados…).
Sin embargo, son muy frecuentes los problemas, mal etiquetados como menores, en la lactancia.
Por ejemplo, el famoso mal agarre, habitualmente detectado por sintomatología en el pezón, traduce problemas orofaciales como presencia de frenillo (anquiloglosia). Estos problemas son los responsables en muchos casos del fracaso en la LME.
No obstante, de toda esta problemática solo salen a la luz las altas cifras de abandono de lactancia materna: en España, según datos del INE de 2021, la tasa de lactancia materna exclusiva a los seis meses es del 28,53% y la tasa de lactancia mixta es del 18,42%.
Es decir, que la tasa de mujeres que llegan a amamantar hasta los seis meses (solo pecho o pecho y biberón) es del 46,95%. Y se suele culpar de esas malas cifras, una vez más, a las madres.
Resulta imperativo incluir este punto en el sistema sanitario. Resulta imprescindible que la formación en lactancia no derive de la motivación personal de cada especialista.
Mientras tanto, miles de madres seguiremos aprendiendo por ósmosis y en tribu, mejorando a base de errores. Las mujeres, una vez más en el arcén, recibiendo presión y carga, en lugar de atención y acompañamiento.
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Aunque esta información ha sido revisada y contrastada, el contenido es meramente orientativo y no tiene valor terapéutico ni diagnóstico.
Desde Somosdisca te recomiendo que, ante cualquier duda relacionada con la salud, acudas directamente a un profesional médico del ámbito sanitario que corresponda.
Fuente: www.somosdisca.es
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