Cada 12 de mayo se conmemora el día mundial de la enfermería, con el objetivo principal de rendir un merecido homenaje a todos los enfermeros y enfermeras
Este año 2022 se celebra bajo el lema: «Sin enfermeras y enfermeros = Sin Cuidados».
Y es que Cuidados, Compromiso, Dedicación, Humanidad, Paciencia, Vocación, Empatía, Imprescindibles, Ciencia, Amor, Todo…
Son las palabras que si has pasado parte de tu vida en los hospitales como yo, estoy segura que se te vendrán a la cabeza si piensas en los enfermeros.
Hay más de 20 millones de enfermeros en todo el mundo. En España se dedican unas 300.000 personas, a la enfermería.
300.000 personas que entienden de esperanza y valor, alegría y desesperación, dolor y sufrimiento, así como de vida y muerte. Y que hasta hace «dos» días, poca gente reparaba en ellas.
Digo hasta hace poco, ya que en las últimas semanas, se han convertido en algunos de los profesionales imprescindibles para lidiar con la crisis sanitaria que estamos viviendo.
Pero no tenemos que olvidar que los enfermeros siempre han estado ahí, siendo los enfermeros las primeras que escuchan el llanto de un bebé al nacer, y te acompañan en tu último aliento en cuidados paliativos.
La pandemia de COVID-19 cambió las políticas y el futuro de las discusiones políticas y técnicas en torno a la formación de los recursos humanos para la salud y ha reforzado la necesidad universal de proteger e invertir en todas las ocupaciones que participan en la capacidad de preparación y respuesta, en las funciones de salud pública.
Yo puedo decir que por mis circunstancias, me guste o no, han formado parte de mi vida desde siempre. Tuve que pasar mis primeros años hospitalizada de operación en operación.
Aún recuerdo cómo años después, esas enfermeras tenían fotos tanto mías como de otros niños que formábamos parte de su familia, allí colgadas en su sala de descanso. Eran mis titas de la planta 9º (así las llamaba).
He de recordar que hoy en día se suele hospitalizar a uno de los progenitores junto al niño, cuando este es muy pequeño. Pero antiguamente el ingresado era el niño, había apenas un rato de visita al día en el que tus padres te veían.
Así pues, quien me cuidaba, jugaba, veía la tv, me hacían reír y me limpiaban los mocos eran las enfermeras, por eso aprovecho para recordarlas en un día como hoy.
En el Día Internacional de la Enfermería quiero recordar la parte de su trabajo que no se ve y la que siempre se olvida, la de acompañar, tranquilizar, explicar, la de ser fuerte, la de improvisar, la de estar…
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